Como bombero, sé que son múltiples y las circunstancias por las que el lugar donde despreocupados dejamos a nuestros hijos cada mañana puede ser evacuado. Un escape de gas, el incendio de un transformador, un aviso de bomba… Son todas situaciones de emergencia habituales, donde toda prevención es poca. Aunque existe una medida simple y eficaz, como es la realización práctica de una ordenada y rápida evacuación, que supondrá una ayuda inestimable para quienes tenemos que intervenir.
Pues, además de controlar el siniestro, la labor principal de los bomberos se centra en el rescate de las víctimas y en la revisión de todas las instalaciones para que no quede ningún chiquillo en el interior del edificio.
Hasta ahora, realizar simulacros de evacuación no era obligatorio, pero a partir de este curso escolar 2008-2009, no sólo se tendrán que realizar al menos uno al año, sino que a través de una Orden de la Consejería de Educación se han establecido una serie de medidas de desarrollo y control de los planes de autoprotección de los centros de enseñanza, que conseguirán que los padres estemos más tranquilos si alguna vez nos avisan de que el colegio de nuestros hijos ha tenido que ser evacuado, y que todos los colegios, con la implicación y la colaboración de la comunidad educativa, sean realmente más seguros.
