La agrupación Local del Partido Andalucista de Dos Hermanas desea explicarles y argumentarles, a todos los nazarenos y nazarenas, los motivos por los que tenemos que decir NO el próximo día 18 de febrero.
Ya en una ocasión dijimos muy claro, que este estatuto es el estatuto de la traición a todos los andaluces, pero nos jugamos tanto en ello que debemos saber en qué y cómo nos afectaría si este nuevo estatuto fuese aprobado y aceptado por todos nosotros.
Después de ser aprobado aquí en el Parlamento Andaluz con el apoyo del PSOE, y aunque ya aquí era un estatuto contrario a nuestras necesidades y progreso, al llegar al Madrid, el PSOE enmienda, es decir lo rebaja aún más, en más de 150 artículos, plegándose a las pretensiones centralistas del PP, pero esto no mereció ni una pequeña reflexión de los analistas mediáticos: Canal Sur, la Cadena Ser, etc., relegando la oposición del PA a la mera anécdota; nuestro paso por estos medios no llega ni a la condición de testimonial. Parece que de nuevo incomodamos a todos por el simple ejercicio de nuestra libertad.
El PP que capitaliza el consenso sobre este Estatuto es el mismo PP que tiene recurrido en el constitucional el Estatuto Catalán; sin embargo Manuel Chaves nos sigue vendiendo que el nuestro es perfectamente homologable a aquél. Cómo nos explicamos esto, si los del PSOE dicen que el nuestro es el mismo que el de Cataluña, cómo el PP dice que lo apoya, precisamente porque no es el mismo que el de Cataluña, en fin una contradicción que ni los de la derecha entienden ni los que dicen ser de izquierda saben explicar.
Los Andalucistas tenemos que explicar la importancia de lo que está en juego, para que los ciudadanos tomen conciencia de qué estamos tratando. El Estatuto tiene que ser para el buen político el libro de cabecera, el documento referencial en el que mirar si son aplicables o no las políticas encaminadas a solucionar los problemas existentes en la sociedad. Se trata, pues de fijar en una ley qué queremos ser, cómo organizarnos, qué derechos y obligaciones te tenemos, y sobre todo a qué aspiramos en el futuro para nosotros y para las próximas generaciones. Por lo tanto el primer problema en interés para los andaluces sea cual sea en cada momento debe tener su reflejo en el Estatuto para abordarlo política, jurídica y económicamente.
A lo que aspira el PA, en su condición de fuerza nacionalista, es a un Estatuto de máximo nivel de autogobierno en pie de igualdad con el resto de las “naciones”, (ya lo son porque lo han aprobado en el Congreso con el beneplácito del PSOE) de una España federal y simétrica.
Por eso DÉJENNOS DECIR NO.
Decimos NO al Estatuto que nos relega a segunda clase, que nos apuntala como vagón de cola, que consagra la desigualdad, que nos convierte en comunidad frente a la nacionalidad, que nos condena a no converger, a ser menos que nadie.
Decimos No defendiendo nuestro derecho a la libertad política mostrando nuestro desacuerdo y denunciando la ignominia de un régimen incomodado por nuestra discrepancia.
Decimos NO reinicio de una singladura suspendida un 28 de Febrero por la fuerza de un pueblo que dijo de una vez quién era y qué quería ser, un pueblo que ha sido narcotizado por los que se decían herederos del Padre de la Patria Andaluza, hoy en el poder.
Decimos NO a la frivolización de un documento que es nuestra Ley primera, donde se consagran nuestros objetivos, nuestras posibilidades, nuestros sueños, nuestra identidad propia y diferenciada.
Decimos No a que aparquen, lo que ya han hecho, nuestra Deuda HISTÓRICA.
Decimos NO a que no separen jamás nuestras elecciones para que tengamos un debate sin interferencias y propio.
Decimos NO a que un pensionista, un profesor, un funcionario de igual categoría cobre de media 350 euros menos aquí que en Cataluña.
Decimos NO a que tengamos 29 camas hospitalarias por cada 100 habitantes frente a las 49 de Cataluña.
Decimos No a que la voz de Andalucía importe un bledo en Europa.
Decimos NO a la impostura de tener que ser los más pobres, precisamente los más solidarios.
Decimos NO al conformismo de dar por bueno lo impuesto desde Madrid, al PSOE que negocia con CIU los presupuestos generales del estado, a cambio de un sí, más inversiones y dinero para Cataluña, dinero que no viene aquí.
Y sobre todo decimos NO en el convencimiento de que estamos velando por los intereses de Andalucía en coherencia con nuestra ideología, sinceramente, sin importarnos las consecuencias electorales, conscientes de las campañas de descrédito que se avecinan, pero dispuestos, una vez más, a la lucha en el irrenunciable propósito de una Andalucía por sí, con peso político propio, y libre al fin.
