APOCALYPTO
Vayamos por partes. Es evidente que Mel Gibson es un director, primero, arriesgado: no es muy corriente (es más, se sale de toda norma) que un realizador metido de lleno en el Hollywood de los grandes estudios se dedique a realizar películas que se salen de lo habitual, cintas rodadas en idiomas que ya (prácticamente) no se hablan (latín, hebreo y arameo en La Pasión de Cristo, hace tres años) y ahora yucateca, una de las varias variaciones del maya, en su última cinta, Apocalypto, que en el fondo, y pese a todo, está más cerca del cine de palomitas que del cine histórico.
Estados Unidos, 2006.
Título original: Apocalypto.
Director: Mel Gibson.
Producción: Mel Gibson y Bruce Davey.
Guión: Mel Gibson y Fahrad Safinia.
Fotografía: Dean Semler.
Música: James Horner.
Montaje: John Wright.
Duración: 139 minutos.
Intérpretes: Rudy Youngblood, Dalia Hernández, Gerardo Taracena, Raoul Trujillo, Jonathan Brewer, Morris Birdyellowhead, Carlos Emilio Báez, Amilcar Ramírez.
Y en segundo lugar, la película ha dado mucho de qué hablar, sobre todo en México, donde intelectuales del mundo de la cultura maya ya se han decantado por una opinión, que no es nada favorable a lo último de Gibson. Sus razones son que la película no es realista, que presenta a los mayas como una cultura agresiva, sanguinaria y guerrera, obviando sus reconocidos logros en matemáticas y astronomía (lo cual es cierto), y que se inventa la cronología de la historia (concretamente, situando la desaparición de la cultura maya, ocurrida realmente entre los siglos IX y X, alrededor del siglo XVI, con la llegada de los españoles al continente americano), lo cual es también cierto.
Pero, sin que ello signifique defender al director, en su defensa habría que decir que Apocalypto no es un documental (hecho evidente) sino una película, es decir, que es ficción. Aunque esté basada o inspirada en hechos reales, la cinta es ficticia, por lo que, evidentemente, lo que se cuenta no es real.
Garra de Jaguar es miembro de una tribu que vive en la selva con su mujer embarazada y su hijo pequeño, en paz con los demás clanes y con la naturaleza, hasta que un día, un clan rival irrumpe en su pequeña y apacible aldea, masacrando a muchos de sus habitantes y capturando al resto, trasladándolos a su monumental ciudad para servir de sacrificio al Dios Sol (los hombres) o como esclavas (las mujeres). Pero cuando Garra de Jaguar va a ser sacrificado, algo inesperado sucede que le permite escapar, perseguido por un grupo de soldados que pretende darle caza.
Gibson confirma con esta cinta, tras La Pasión de Cristo, que tiene cierto gusto por la violencia y la sangre (algunas escenas de las presentes en Apocalypto son aún más bestiales de las que aparecían en su anterior cinta), herencia más que probable de la saga sobre un futuro apocalíptico que le lanzó a la fama (Mad Max).
Apocalypto es una cinta eminentemente visual, sus últimos cincuenta minutos prácticamente no incluyen diálogos, rodada casi al 100% en exteriores, en decorados naturales y con actores no profesionales, muy bien realizada, con una historia sólida, a la que, no obstante, se le podría recortar una media hora, y eliminar alguna escena violenta innecesaria de las muchas que jalonan el metraje.
