El arte del envasado local

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La mayoría de los envases alimenticios y de limpieza son de José Moreno

 Cuando vayan a comprar al supermercado y tengan entre sus manos algunos de los detergentes de la marca Flota y la variedad en aceites de La Masía, Ybarra o Carbonell, piensen que sus diseños han salido de la imaginación y el trabajo de un nazareno, José Moreno, que durante 38 años estuvo ejerciendo esta labor en la desaparecida empresa del plástico Cydeplas.

José llegó a esta empresa, con apenas un año de vida y 30 trabajadores en plantilla,en 1965 como delineante industrial, siendo uno de sus primeros trabajos el diseño de una caja de plástico de regalo con botellas de la casa Osborne. Desde entonces su cabeza no ha dejado de funcionar ideando desde envases hasta maquinarias para automatizar el proceso de empaquetar las botellas.
Según José, “mi trabajo era muy rudimentario fabricando tapones, envases de polietileno y polipropileno entre otros clientes, para Persan, que producñia por aquel entonces aceite de oliva y con sus desechos jabones”.

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A la hora de diseñar un nuevo envase, comenta Moreno, “la empresa me daba algunos premisas clave como la capacidad, el contenido y las medidas necesarias para que la botella encajase en los palets y su maquinaria de envasado”. A partir de aquí todo era producto de su imaginación con la única condición de que “cada producto tiene un sello distintivo que lo diferencia de otros y que hace que el consumidor relacione un envase determinado con su producto”. Para desempeñar su trabajo José Moreno ha utilizado desde el ordenador hasta un tablero de dibujo con  tecnígrafo(o brazo para dibujar) y “mucha voluntad”. Una tecnología que ha ido variando con el paso de los años y que se inició realizando los  dibujos con los antiguos tiralíneas y concluir su última etapa realizando todos sus diseños por ordenador.

Son muchos los recuerdos que guarda de aquella época en la empresa, como la existencia de una “maquina para cortar bacalao, una cizalla manual, que tenían todas las tiendas de ultramarinos, dónde se cortaba la parte del cuello del envase que no servía”. Por aquel entonces, prosigue Moreno, “los envases de aceite no llevaban tapones, de modo que se soldaban una vez llenos, pero como los cuellos eran redondos al plegar el envase se quedaban en los laterales algunos orificios sin soldar”. Fue aquí donde José realizó la primera innovación de sus diseños creando un cuello ovalado para automatizar el corte, saliendo ya de la máquina el envase con el cuello terminado.

La vida después de Cydeplas

Tras el cierre de Cydeplas, José Moreno ha centrado toda su dedicación a completar su formación con el aprendizaje de diferentes programas de diseño gráfico. En este ámbito ha sido el artífice de la puesta en marcha de un grupo o colectivo de diseñadores gráficos asistidos por ordenados cuya finalidad es entablar conocimientos, realizar y asistir a exposiciones artísticas, colaborar altruistamente con entidades solidarias y participar en concursos, como en el de diseño del cartel de la Copa de Sevilla de Tenis que ha ganado uno de los miembros del colectivo.

El grupo, que está organizando una exposición en Sevilla que quiere hacer extensiva a Dos Hermanas, está abierto a todos los diseñadores que quieran unirse, para lo que deben ponerse en contacto con José Moreno llamando al 610 60 71 61.

Años de evolución

 Por aquella época Cydeplas estaba asociada a una empresa americana que aportó la tecnología. Según comenta José Moreno, “al final de los años 60 se deja a los americanos y se asocian con una empresa nacional de petróleo, Empetrol. Una fusión que coincide con la época más fructifera de la firma que se desarrolló hasta límites insospechados, abordando una segunda ampliación del inmueble en la sección de plásticos y la creación del departamento de pets para los envases de refresco”. A mediado de los 90 se inicia su declive cuando Empetrol con la liberalización del petróleo se ve obligada a desaparecer y vender sus acciones.José Moreno asegura que ha colaborado en muchas secciones de la empresa: “Desarrollo y diseño, serigrafía, laboratorio fotrográfico, control de calidad, dirección técnica, relación con el cliente, proveedores y otras responsabilidades que se me fueron sumando y que me hacía sentirme muy féliz por ser útil cada mañana”. Por ello, José no guarda muy gratos recuerdos tras el cierre de la empresa en el año 2003, ya que fueron muchos años de entrega absoluta para que “me despidan sin mas”.
 

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