Lola Lobato, pedagoga, y Alicia Berlanga, psicóloga, han puesto en marcha un taller único en Dos Hermanas
El Colegio María Zambrano ha puesto en marcha un proyecto pionero en la ciudad. Se trata de un taller de mediación escolar que termina ahora y que llevan impartiendo desde febrero Alicia Berlanga Domínguez, psicóloga, y Lola Lobato Rodríguez, pedagoga, a diez alumnos de 3º de ESO. Entre estos alumnos están María, Evelyn, Adrián e Irene, que han decidido voluntariamente ocupar las tardes de los lunes y los miércoles con estas clases tan especiales.
Consenso y comunicación
La mediación, en general, es un proceso que conlleva la participación de un tercero para facilitar la búsqueda de consenso entre dos partes enfrentadas, pero también supone características y espacios diferentes a las habituales, la participación y el protagonismo de las partes.
Lola Lobato habla de la mediación como “una forma alternativa de resolver los conflictos, frente a las formas clásicas, como la vía judicial, en que uno gana y otro pierde, o la vía de la violencia, en la que todos pierden; con la mediación ganan ambas partes”. Los pilares básicos de la mediación, según Alicia Berlanga, son “la escucha activa, las emociones, los sentimientos y la razón, pero sobre todo la comunicación, ya que normalmente la gente no suele desarrollar la habilidad de empatía, de ponerse en el lugar del otro, y eso es lo que marca que la comunicación sea eficaz”.
Los casos de violencia escolar y la escalada de malos tratos, tanto físicos como psicológicos, que vive la sociedad actual ha puesto en el punto de mira este tipo de talleres para empezar a paliar esta situación. Los alumnos que asisten a este taller comentan que “nuestro colegio es muy tranquilo, aquí no hay violencia, pero hemos decidido hacerlo para aprender a ayudar a los demás y que les sirva a ellos mismos. Queremos que la gente se dé cuenta de que los problemas se resuelven hablando”, dice María. Irene, por su parte, cuenta que “en la clase los problemas se suelen resolver gritando y al final la gente termina sin hablarse”.
Poner en marcha el dispositivo de mediación
Precisamente para enseñar a alumnos, profesores y padres que el diálogo y la comunicación es el medio para la resolución de conflictos, Alicia y Lola, que tienen un Máster en Mediación, cuentan que su idea es “que estos alumnos pongan en marcha el año que viene un dispositivo de mediación en el que los profesores ejerzan como tutores, ellos sean mediadores y los padres se impliquen en los procesos para que toda la comunidad educativa participe”. “Confiamos en que esto salga adelante y plantemos una semillita”, dice Lola.
Para que el término mediación no quede sólo como algo teórico, en cada sesión se propone un caso práctico en el que los alumnos desempeñan el papel de las partes en conflicto y de mediadores, haciendo especial hincapié en los sentimientos, las emociones y las necesidades de cada uno de los implicados. “Hay que inculcarles que el conflicto es algo natural, pero que la forma de resolverlo es la vía de la comunicación”, explica Alicia. “El mediador no puede tomar partido en el caso, debe empatizar con las dos partes para lograr un acuerdo concreto, que es el punto fuerte del proceso de mediación”, corrobora Lola.
Con iniciativas como ésta, que aún es la única que existe en Dos Hermanas, Alicia Berlanga y Lola Lobato pretenden que la desmotivación, la falta de respeto y la incomunicación se vayan solucionando. María, una de las alumnas, es tajante: “Yo tengo muy claro que no voy a meterme en pelea. Lo primero es hablar. Hay que pasar de la violencia”.
De la teoría a la práctica
El proceso de mediación requiere de un entrenamiento previo, sobre todo para los alumnos que ejerzan de mediadores. Para eso, durante las diferentes sesiones, los estudiantes que se han ofrecido para adquirir esta destreza representan los distintos papeles de las partes en conflicto y de la figura del mediador. La intención es poner después en marcha un dispositivo de mediación en el que participe toda la comunidad educativa, fundamentalmente los padres, para que la intolerancia y la incomunicación se vayan erradicando.