La ciudad es el espacio en el que los individuos adquieren la condición de ciudadanos, esto es, la condición de ser personas titulares de derechos políticos, sociales y culturales. Tal virtud comporta permitir el acceso de las personas a múltiples servicios y equipamientos, posibilitar el contacto con los otros y favorecer la libertad de elección; y todo ello en igualdad de condiciones.
La falta de accesibilidad limita tanto la autonomía de las personas, como su capacidad de elección e interacción, con el entorno y sus oportunidades de participación en la vida social, factores que conforman la base para el ejercicio igualitario de las libertades fundamentales.
El problema de la accesibilidad es universal, las ciudades y los edificios, el transporte, el acceso al empleo, afectan a una minoría de ciudadanos que necesitan que su problemática tenga visibilidad, voluntad de solución por parte de la Administraciones Publicas y una gran dosis de comprensión y naturalidad por parte de toda la ciudadanía. Menos trato de lástima y más ayudas a la incorporación a una vida adaptada a sus específicas peculiaridades, plena de libertad y derechos al igual que cualquier ciudadana o ciudadano de nuestro país.