El otro día escuchaba un programa de radio mientras conducía en el que un locutor de Madrid explicaba perfectamente cómo se debe circular por una rotonda. Pero se ve que en Dos Hermanas, cuna de las rotondas, no tenemos muy aprendida la lección. Y es que cada vez que salgo con el coche por las mañanas lo hago ya con cierto temor desde que hace unos meses me dieron un golpe en una rotonda un conductor que no lo hizo bien y que, para más inri, se dio a la fuga.
Cuando los conductores llegamos a una de estas glorietas es como “un sálvese quien pueda” o “ancha es Castilla”, tomándola cada uno como más nos conviene y sin pensar que podemos causar un accidente por nuestra mala circulación vial. Lo más común es que se circule por los carriles interiores y, cuando tenemos que tomar nuestra salida, hacerlo cruzando por el resto de carriles sin tener en cuenta que puede venir un vehículo haciéndolo correctamente y llevárnoslo por delante, como me sucedió a mí.
Es muy sencillo, señores y señoras al volante. La rotonda, aunque se haya repetido hasta la saciedad, se debe tomar por el carril exterior y señalizar cuando nos vayamos a salir de la misma. Si se circula por dentro, hay que desplazarse hacia el carril de fuera, siempre y cuando que no venga otro coche. Ya que, en este caso, debemos dar otra vuelta a la rotonda e incorporarnos cuando podamos.
Como con todo en la vida, lo importante es la formación y en Dos Hermanas a más de uno y una le hace falta un buen curso de reciclaje en circulación vial.