Este pasado trece de mayo, nuestra Parroquia ha celebrado el VII Aniversario de la inauguración de su nuevo templo. En este día tan grande del Aniversario todos los feligreses nos hemos desplazado espiritualmente reviviendo de nuevo la emoción de aquel domingo 13 de mayo de 2012, día en el que el Sr. Arzobispo de la Diócesis, Monseñor Asenjo Perigrine, a las 11 horas ofició la Santa Misa, inaugurando el nuevo templo e impartiendo su bendición a toda la feligresía.
También en ese mismo día, de forma implícita quedaba inaugurado –se estrenaba- el Coro Parroquial, cuyo destino (como alguien dijo) es ser puente entre la oración de los fieles y Nuestro Señor. Hoy nos felicitamos porque desde su inauguración, la devoción y el reclamo a la Santísima Virgen cada día va creciendo más y más en los corazones de sus devotos.
La imagen titular de Ntra. Sra. de la Oliva nos sigue presidiendo desde su hornacina que, con rostro radiante, nos miradándonos la bienvenida a todos y, desde lo alto de su retablo de piedras nos acoge con su bendición mostrándonos al Niño Jesús fruto bendito de su vientre.
Pero la devoción que esta Parroquia tiene a la Virgen no se queda ahí, es decir, en su titular, sino que, al año siguiente, el sábado 27 de julio de 2013, día del mártir carmelita Tito Brandsma, se inauguró la Imagen de Ntra. Sra. del Carmen que aparece en un mosaico de azulejos (donado por una familia carmelitana) colocado en el patio de la Parroquia del mismo nombre. Todos los años, el 16 de julio, Día de la Virgen del Carmen, después del Ángelus culmina todo con una ofrenda floral.
Podemos por tanto decir que, después del estreno del nuevo templo, nunca como ahora la presencia de María entre nosotros ha sido tan real.
El milagro mayor de María en esta parroquia se ha producido el día 2 de febrero del presente año 2019, día de la Presentación del Señor y Purificación de María. Día en que se inaugura un monumento a la Virgen de Medjugorje, a la Reina de la Paz. Ante este evento ¿No se convierte esta Parroquia en un Santuario mariano? ¿No se han percibido algunas señales de María durante todo el proceso de preparación, ubicación e inauguración del monumento? La Reina de la Paz se ha establecido aquí en la Parroquia de Ntra. Sra. de la Oliva. Y desde aquí desplegará sus rayos de luz, de sanación y conversión a toda Dos Hermanas. Ha sido un milagro que la Virgen de Medjugorje esté aquí tan cerca de nosotros.
Que la blancura de su rostro nos incite a la conversión, a los sacramentos y a la pureza de corazón. Dicen que Medjugorje es una prolongación de Fátima. Es decir, que desde allí la Virgen sigue proclamando el mensaje del Evangelio, pidiendo ¡penitencia!, ¡penitencia!, ¡penitencia! y ¡oración!, ¡oración!, ¡oración! Una buena noticia es que, dados los millones de criaturas que no cesan de ir de peregrinación, los miles y miles de conversiones que se están dando, el Papa Francisco ha autorizado a las parroquias los viajes de los peregrinos (antes eran privados), incluso a los sacerdotes y obispos a Medjugorje. La Virgen es (como el poeta dijo) la “Atareada del cielo”. Es decir, Ella desde el cielo no cesa de “velar” sobre los comensales de las bodas de evangelización de este mundo. Y mirando que falta vino (predicación del Evangelio), es Ella misma la que nos sigue insistiendo con el mensaje: “Haced lo que Él os diga” (Jn 2:5), es decir, obedeced el mandato de Jesús, que no es otro que: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, se salvará, más el que no creyere se condenará” (Mc 16:15-16).
En cierta medida, las apariciones de la Virgen tratan de suplir el abandono y dejadez de muchos responsables de la Iglesia que, más que predicadores del Reino de Dios, apuestan por las parcelas de este mundo.
Al atardecer de ese día 13 de mayo de 2019, en la más estricta sencillez, nuestro párroco presidió todos los actos litúrgicos del presente aniversario. Oficiando la Santa Misa, en su homilía resaltó la importancia del papel mediador de la Santísima Virgen, y, haciendo referencia a las piedras del templo, hizo hincapié en que, “esas son piedras muertas”, y que, “somos nosotros las piedras vivas los que formamos la Iglesia”.
Después de la Santa Misa, fueron distribuidas velas a todos los presentes y, acto seguido, dirigió el rezo del Santo Rosario. Una vez terminado, ya en plena noche, salimos del Templo en procesión con las velas encendidas, dando una vuelta al patio de la parroquia a los acordes del canto ¡Ave!, ¡Ave! ¡Ave María! Nos concentramos alrededor del monumento de la Virgen de Medjugorje, donde en comunidad leímos todos la Consagración a Nuestra Señora de la Paz. Creo que llegamos a sentir su Presencia….