Los pescaderos de Sevilla que vienen a vender su mercancía a Dos Hermanas denuncian que el inspector de la policía local les obliga a entrar en nuestro pueblo antes de las siete de la mañana, es decir, que todo el que llegue después de esa hora debe volverse. Objetan estos industriales que el horario es caprichoso y de difícil cumplimiento, debido a los retrasos de la compra en Barranco, el peso en el fielato de Eritaña, amén de los accidentes que pueden sufrir las calesas por la carretera de Sevilla a Dos Hermanas.