INVASIÓN
Aalgún lumbreras de los grandes estudios se le ocurrió que las tres versiones realizadas hasta ahora de The Body Snatchers, uno de los clásicos de la novela de ciencia ficción, escrito por Jack Finney, y publicado por entregas en 1955 en la revista Collier, no eran suficientes, y que ya era hora de hacer una cuarta.
Estados Unidos, 2007. (99')
Título original: The Invasion.
Director: Oliver Hirschbiegel.
Producción: Joel Silver.
Guión: David Kajganish, sobre la novela de Jack Finney.
Fotografía: Rainer Klausmann.
Música: John Ottman.
Montaje: Hans Funck y Joel Negron.
Intérpretes: Nicole Kidman (Carol Bennell), Daniel Craig (Ben Driscoll), Jeremy Northam (Tucker Kaufman), Jeffrey Wright (Dr. Stephen Galeano), Jackson Bond (Oliver), Veronica Cartwright (Wendy Lenk), Josef Sommer (Dr. Henryk Belicec), Celia Weston (Ludmilla Belicec), Roger Rees (Yorish), Eric Benjamin (Gene), Susan Floyd (Pam), Stephanie Berry (Carly), Alexis Raben (Ayudante de Belicec), Adam LeFevre (Richard Lenk), Joanna Merlin (Joan Kaufman).
Don Siegel fue el primero en realizar la primera adaptación cinematográfica, La invasión de los ladrones de cuerpos, en 1956, sin duda la mejor de todas. A finales de los setenta Philip Kaufman dirigió La invasión de los ultracuerpos, y a principios de los noventa, Abel Ferrara se puso tras las cámaras para Body Snatchers. Las tres cintas presentaban algunas diferencias entre sí, aunque en todas ellas permanecía la base del rechazo al mundo igualitario que preconizaban los extraterrestres. Esta cuarta versión, que significa el desembarco en Hollywood del director alemán Oliver Hirschbiegel, que hace tres años triunfó en medio mundo con el filme El hundimiento, que llegó a estar nominado al Oscar, presenta una variación respecto a las anteriores versiones, y es que aquí los entes extraterrestres no realizan copias de los humanos, sino que los cambian ‘desde dentro’.
Un accidente al volver a la Tierra hace que una nave explote al entrar en la atmósfera. Sus restos quedan esparcidos por medio Estados Unidos. Entre los fragmentos descubren unas esporas extremadamente resistentes de procedencia alienígena. Poco después, la psiquiatra Carol Bennell es alertada (y ella misma descubre) que muchos empiezan a cambiar, que no parecen ellos mismos, que parecen extraños sin sentimientos. El motivo de la mutación es la citada espora, que ‘muta’ a sus víctimas mientras duermen. Con la ayuda del doctor Ben Driscoll, Carol tratará de encontrar la cura de la ‘enfermedad’, y salvar a su hijo, que se encuentra con su ex-marido, quien también es una de las víctimas.
Partiendo del hecho de que era del todo innecesario realizar una cuarta versión de la gran novela fantástica de Finney, y mucho más lo es el que no se aporten novedades (más allá de las ausentes vainas replicadoras de humanos) relativas a los avances tecnológicos evidentes en los cincuenta años transcurridos desde la publicación de la obra, Invasión resulta una cinta insulsa, que en ningún momento atrapa en el espectador una atención que ni siquiera logra captar, y la película misma cae víctima de una incompetencia común tanto del director como del guionista. Aunque lo cierto es que no podemos quitarle parte de la culpa al productor. Y es que Silver, descontento con el resultado de algunas escenas creadas por Hirschbiegel, mandó reescribirlas y contrató a James McTeigue (director de V de Vendetta) para que las rehiciera.
Al final, el resultado es que Invasión es una cinta que carece de todo lo que presume. No tiene ni tensión, ni miedo, ni angustia, ni terror, ni nada de nada.