La voz es la herramienta principal y más importante en el trabajo diario de muchos profesionales. Los que más usan la voz son teleoperadores, docentes, periodistas, artistas (actores, cantantes…) y vendedores.
Para hablar utilizamos los músculos laríngeos. Por eso, las personas que tienen que hablar mucho deben mantener estos músculos en perfectas condiciones y tener unos hábitos de vida saludables.
Los trastornos de la voz más frecuentes son:
Afonía: pérdida total o parcial de la voz o incapacidad para hablar.
Disfonía o ronquera: es un trastorno de la voz que no supone la pérdida total de la misma. Se presenta sobre todo en personas que usan la voz como herramienta de trabajo. La disfonía crónica puede terminar en afonía.
Los factores de riesgos ambientales o externos son:
– El tabaco irrita la mucosa de la laringe y la inflama.
– El consumo de alcohol.
– Humos y gases nocivos.
– Comidas o bebidas muy calientes o muy frías, o comidas muy picantes.
– Ambientes muy calurosos o muy fríos y cambios bruscos de temperatura.
– Forzar la voz mucho en ambiente ruidoso.
– El estrés.
– Respirar por la boca.
– Toser frecuentemente.
Los factores de riesgo de causa orgánica son:
– Los nódulos en las cuerdas vocales que son crecimientos benignos (no cancerosos) que se producen por abuso de la voz. Más frecuentes en mujeres de 20-50 años. Casi siempre desaparecen si tomamos medidas.
– Los pólipos, menos frecuentes, crecen sobre una cuerda vocal. Más frecuente en hombres, sobre todo por consumo de tabaco, alcohol, reflujo gastroesofágico…
– La parálisis de las cuerdas, es la incapacidad de mover los músculos que controlan las cuerdas. Generalmente se produce por tumores o lesiones que afectan a los nervios de la laringe.
– Úlceras de contacto, cuando se juntan en exceso las cuerdas, al forzar demasiado la voz.
– Con la laringitis aguda y crónica se inflaman las cuerdas vocales.
Los síntomas de afonía o disfonía son:
– Incapacidad para hablar.
– Ronquera.
– Espasmo de cuerdas vocales.
– Dolor de garganta.
– Dificultad para tragar.
{xtypo_rounded3}Prevención y tratamiento
1 Descansar la voz, por ejemplo en trabajos exigentes con periodos de descanso.
2 Postura correcta, espalda en vertical.
3 No fumar, evitar ambientes con humo de tabaco.
4 Evitar los ambientes ruidosos.
5 Beber agua con frecuencia para hidratar las cuerdas vocales. Utilizar humidificadores si el ambiente es seco (aire acondicionado o calefacción).
6 Evitar las comidas copiosas.
7 Tratamiento médico si no cede con antiinflamatorios y/o analgésicos.
8 Si se pierde con frecuencia la voz por uso excesivo, realizar terapia y reeducación.
9 Si tiene ronquera de más de dos semanas de evolución debes acudir a tu médico.{/xtypo_rounded3}
