CLICK
La idea de partida de esta cinta es algo con lo que hemos fantaseado la inmensa mayoría de los mortales: tener un mando que nos permitiera saltarnos los momentos aburridos o conflictivos (las discusiones con la pareja, un marrón en el trabajo), ralentizar los que queramos y acelerar los que se nos antoje. Pero dicho cachivache no podría existir más que en el cine.
Estados Unidos, 2006. (110’)
Titulo original: Click.
Director: Frank Coraci.
Producción: Jack Giarraputo, Steve Koren, Neal H. Moritz, Mark O’Keefe y Adam Sandler. Guión: Mark O'Keefe y Steve Koren.
Fotografía: Dean Semler.
Música: Rupert Gregson-Wagner.
Montaje: Jeff Gourson.
Intérpretes: Adam Sandler (Michael Newman), Kate Beckinsale (Donna Newman), Christopher Walken (Morty), David Hasselhoff (Ammer), Henry Winkler (Ted Newman), Julie Kavner (Trudy Newman), Sean Astin (Bill), Joseph Castanon (Ben 7 años), Tatum McCann (Samantha 5 años), Jonah Hill (Ben 17 años), Lorraine Nicholson (Samantha 14 años), Jake Hoffman (Ben 22-30 años), Katie Cassidy (Samantha 22-30 años), Cameron Monaghan (Kevin), Jennifer Coolidge (Janine), Rachel Dratch (Alice), Sophie Monk (Stacy), Michelle Lombardo (Linda), Jana Kramer (Julie), Nick Swardson (Chico de Bed, Bath & Beyond), Sidney Ganis (Dr. Bergman), Michael Yama (Michael Yama), Katheryn Cain (Kirsten), Rob Schneider (Principe Habeeboo).
Michael Newman es un arquitecto que dedica casi todo su tiempo a su trabajo. Su mujer y sus hijos le piden pasar más tiempo juntos, pero él “debe” dedicarse a sus negocios. Un día, cuando se dispone a ver un vídeo en casa, se percata de que ha perdido el mando de la televisión y sale a comprar un mando universal que encuentra en una tienda regentada por un peculiar tipo que le regala un mando con el que puede controlarlo todo. Y todo incluye, no solo los aparatos de su casa, sino su propia vida. El descubrimiento sorprende a Michael quien se asusta en un principio, pero después lo utiliza para sacar provecho de él en su vida. El problema llegará poco después, cuando Michael se de cuenta de que él no controla su vida con el mando, como creía, sino que es el mando el que le controla a él y el que determina lo que debe vivir y lo que debe eliminar.
Click comienza como una más de las numerosas comedias que ha hecho Adam Sandler, que de hecho es lo que el público espera ver cuando acude a las salas, para progresivamente convertirse en un drama, cuasi lacrimógeno, centrándose en el tema de la evocación de la juventud perdida, esa juventud que el protagonista decide saltarse acelerando el tiempo con el nuevo mando y que después lamentará, pero que ya no podrá volver a recuperar.
Es hay, en esa parte dramática, melancólica, donde la cinta tiene su punto fuerte, ya que la comedia, ese comienzo desde que el protagonista consigue el mando y el descubrimiento de sus posibilidades, plagado de numerosos y (repetitivos) efectos especiales, recuerdan –demasiado quizás– a otra película en cierto modo semejante (Como Dios), con algunos gags casi repetidos.
El problema de Click es que cuando parece llegar a su final, con un desenlace evidente para lo que hemos visto hasta ese momento, pero que acaba con una historia más buena de lo que era de esperar en un principio, aparece una nueva vuelta de tuerca, que convierte la historia en tópica, en vista mil veces, y que le hace perder toda la fuerza que haya podido tener hasta ese momento.