KICK-ASS
Cuando, en Hollywood, los argumentos originales brillan por su ausencia, cuando son muy pocas las novelas que tengan una fuerza y un calado como para trasladarse al cine, y las versiones fílmicas de videojuegos suelen ser malas películas (la más reciente, Prince of Persia, lo demuestra claramente), lo único que nos queda son las adaptaciones de los cómics. Aunque no todas ellas han dado el resultado esperado, como es obvio.
{xtypo_code}Estados Unidos, 2010. (107′)
Título original: Kick-Ass.
Director: Matthew Vaughn.
Producción: Adam Bohling, Tarquin Pack, Brad Pitt, David Reid, Kris Thykier, Matthew Vaughn..
Guión: Jane Goldman, Matthew Vaughn, basado en el comic de Mark Millar y John Romita Jr.
Fotografía: Ben Davis.
Música: Marius de Vries, Ilan Eshkeri, Henry Jackman, John Murphy.
Montaje: Eddie Hamilton, Jon Harris, Pietro Scalia.
Intérpretes: Aaron Johnson (Dave Lizewski / Kick-Ass), Mark Strong (Frank D’Amico), Christopher Mintz-Plasse (Chris D’Amico / Bruma Roja), Nicolas Cage (Damon Macready / Big Daddy), Chloë Grace Moretz (Mindy Macready / Hit Girl), Clark Duke (Marty), Evan Peters (Todd), Lindsy Fonseca (Katie Deauxma), Sophie Wu (Erika Cho), Xander Berkeley (Detective Gigante), Omari Hardwick (Sargento Williams), Garrett Brown (Sr. Lizewski), Deborah Twiss (Sra. Zane).{/xtypo_code}
La última en sufrir la traslación de viñetas a imágenes reales ha sido la creación de Mark Millar y John Romita Jr, Kick-Ass, con un resultado que supera todas las expectativas (al menos, las de este que suscribe). Matthew Vaughn, director, productor y guionista de esta cinta, y eso que se han suavizado (demasiado para algunos, aunque siempre necesarias en una adaptación) las escenas de drogas y violencia que aparecían en la original, para hacerla más accesible a un mayor número de espectadores.
El protagonista es Dave Lizewski, un pobre chico, invisible para las chicas y amante de los comics, que se pregunta cómo es posible que nadie haya tratado de convertirse en un super-héroe, defensor de la justicia y enemigo de los malos. Se enfunda en un traje de buzo comprado por internet y, autobautizado como Kick-Ass (literalmente ‘patada en el culo’) se lanza a la calle. Y descubre la respuesta a las primeras de cambio: porque duele, y mucho. Pero las palizas que recibe no le detendrán en su lucha. Afortunadamente para él, hay una pareja de verdaderos luchadores, que le ayudará en sus fines, aunque sus objetivos sean desconocidos para Dave.
Kick-Ass comienza como una cinta delirante y paródica sobre los superhéroes, para (poco a poco) ir convirtiéndose en una historia de superhéroes reales (aunque sin poderes), con elevadas dosis de violencia (los héroes clásicos -Superman, Spiderman, Batman…- no matan, casi ni hacen heridas), con múltiples asesinatos, mutilaciones, y con (eso sí) una impecable factura técnica.
Aunque lo que más ampollas ha levantado entre la puritana sociedad americana no ha sido tanto la violencia que se ve en la cinta, sobre todo las sanguinarias actuaciones de Hit-Girl, una criaturita de once años que causa auténticas matanzas casi en cada aparición, como el vocabulario repleto de palabras malsonantes de la niña (esto ha sido lo que realmente ha molestado).
La película, una vez que se entra en el juego, se ve con auténtico deleite, es una cinta fantástica, con muy buena dirección, un guión pasado de rosca (que en el comic iba aún más allá), e interpretado con maestría (sobre todo) por los secundarios Christoper Mitz-Plasse y la jovencísima Chloë Moretz, que (para la futura segunda parte, al menos es la pretensión del director, tendrá su némesis, y grandes enfrentamientos y peleas, con la mal hablada y violenta novia del enemigo de Kick-Ass, que si todo sale según sus planes será… Miley Cyrus.
Kick-Ass va a suponer un punto de inflexión en las pelis de superhéroes, cinta magnífica, que no llega a obra maestra porque no termina de rematar la faena.