Los nazarenos pasaron horas de tensión delante del televisor siguiendo los acontecimientos en el Congreso
En pleno ordinario, el Ayuntamiento de Dos Hermanas ha condenado, solo dos días después de los hechos, “el criminal atentado del día 23 contra la más alta institución democrática, el Congreso de los Diputados, llevado a cabo por un Grupo de la Guardia Civil al mando del Teniente Coronel Antonio Tejero”.
En su texto de condena, dividido en cinco puntos, el Ayuntamiento termina felicitando “al pueblo de Dos Hermanas, a los partidos políticos, centrales sindicales y entidades ciudadanas, por su calma y temple en las angustiosas horas vividas,que demuestran su madurez y confianza en las instituciones democráticas”. Además, se ha aprobado una propuesta del alcalde, Manuel Benítez Rufo, solicitando para el Rey Don Juan Carlos I el Premio Nobel de la Paz.
Una noche angustiosa
Cuando a las seis y veinte minutos de la tarde del 23 de febrero se produjo el golpe de Estado, Dos Hermanas se paralizó. Poco a poco se fue corriendo la voz y todos acudieron a sus casas a seguir los acontecimientos por televisión y radio. Significados dirigentes de partidos en Sevilla estaban ya cruzando la frontera portuguesa por Badajoz o Ayamonte. Ante la crudeza de la situación, algunos miembros de partidos de izquierda corrían desorientados y temerosos de que el golpe saliera adelante y se volviera a la represión de la época franquista.
Este es el testimonio de M.E.M, secretario de Administración del PSOE local, que nos ha contado que tenía en su poder los carnés de los 200 afiliados de ese partido en nuestro pueblo. “Pensé en comérmelos, pero vi un atisbo de esperanza y los guardé en una bolsa en el interior de la tapicería del asiento de mi automóvil”, nos comenta.
Fue una noche angustiosa alrededor de la mesa camilla. Las horas transcurrían lentamente con noticias contradictorias hasta que, por fin, a la 1:30 de la madrugada, el Rey, con uniforme militar,se dirigió a los españoles informando de que el golpe había sido abortado. Podíamos dormir tranquilos.
{xtypo_code}Así fue el 23-F
El Congreso de los Diputados votaba la investidura del nuevo presidente del gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo. Eran las 18:22 horas. De pronto, tras unos ruidos en el pasillo, entró en la sala un guardia civil con tricornio (Antonio Tejero) que, pistola en mano, ocupó la presidencia y gritó: “¡Quieto todo el mundo! ¡Todos al suelo!”, haciendo cumplir la orden con ráfagas de subfusil lanzadas al techo.
Aunque se obliga a los operadores de cámara a que dejen de grabar, una cámara siguió funcionando inadvertidamente, de manera que los españoles nos pudimos enterar mejor de lo que pasaba allí dentro. Los tanques salen a la calle en Valencia, pero la rápida intervención de la Corona y máximas autoridades, así como la actitud del ejército, que apoyó a la democracia, abortaron el golpe de Estado.{/xtypo_code}
