Escribo estas líneas, para apoyar a mis amigos y compañeros, D. Rafael López y D. Daniel Conesa. El don, no es gratuito; la Academia de la lengua lo define como tratamiento de respeto, frente a otras entradas, como don nadie, persona de poca valía o influencia. Yo, que llevo más de veinte años conviviendo con ellos a diario, puedo dar fe del respeto que se han ganado durante todo este tiempo dentro nuestro sector.
De todos es conocida la campaña de acoso a su prestigio que han venido padeciendo estos últimos días, desde el diario ABC y por parte del Partido Popular de Dos Hermanas. Sus amigos más cercanos los hemos visto sufrir ante la impotencia de tener que soportar casi a diario, acusaciones infundadas y calificativos deleznables.
¿Cuál ha sido su pecado? ¿Haberse labrado un prestigio, de honradez, eficacia y profesionalidad, que les ha permitido trabajar con la mayoría de los promotores de Dos Hermanas? ¿Un prestigio que les ha permitido desarrollar más de mil proyectos en veinticinco años de trabajo, destinados a numerosas familias y empresarios de este pueblo? No han sido ciento setenta y cinco proyectos, ni han sido al Ayuntamiento, como ha escupido el ABC desde sus páginas. Para la Corporación Municipal han proyectado el nuevo Ayuntamiento y la Nueva Plaza de Abastos, de los que se sienten enormemente orgullosos, como arquitectos y como nazarenos.
Se han visto envueltos en el todo vale por parte del portavoz municipal del Partido Popular, en su lucha política por el poder. En política no todo debiera valer, el fin nunca debe justificar los medios. De ser así, tendríamos que dar la razón al dramaturgo palaciego Pedro Pérez Fernández, cuando escribía: la política es un lodo que destruye, mancha y trunca. Aquí se puede ser todo, pero político nunca. O al menos, políticos como el portavoz del P.P., que acusa, descalifica y difama, sin contrastar nada de lo que denuncia, ni valorar el daño que puede causar a las personas.
A pesar de todo, Daniel y Rafael, han tenido la suerte y la satisfacción de haber recibido la solidaridad y el apoyo de numerosas personas, colectivos e instituciones, que les han permitido soportar esta situación tan difícil. Me consta, que estas muestras de solidaridad, han llevado al portavoz municipal del partido popular a disculparse en privado con mis compañeros. Rafael y Daniel, llevados sin duda por su bonhomía, han aceptado sus disculpas, sin exigirle siquiera una rectificación pública en el mismo medio en el que profirió sus acusaciones. No han querido hacerle el daño que sus palabras merecen. No han querido obligarlo a rebajarse ante la opinión pública. Pero yo si puedo, y si quiero.
Decía Cervantes en boca del Quijote: La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida. Yo quiero que mis amigos sean desagraviados como se merecen. Quiero que mis amigos disfruten de su libertad, sin tener que vivir bajo sospecha, sin ser señalados por nadie. Quiero que su honradez quede por encima de cualquier tipo de duda. Y para ello, yo exijo a Manuel Alcocer, que se disculpe públicamente y que rectifique. Y si no tiene la valentía de reconocer sus errores, propios o inducidos por otros, que dimita y que se vaya.