¿HACEMOS UNA PORNO?
Kevin Smith ha sido desde sus inicios un director que ha demostrado una gran facilidad y procacidad verbal en sus películas. El ejemplo más claro de ello, y el que le dio la fama de la que disfrutó durante años, fue la célebre Clerks (de la que hace un par de años hizo una segunda parte menos celebrada), sin olvidar las posteriores Mallrats, Persiguiendo a Amy, e incluso Dogma. Después de las mencionadas, Smith se perdió por otros derroteros, con cintas de marcado carácter romántico (Una chica de Jersey), cosa que, en el fondo, siempre ha estado en el cine del director, aunque él pretenda ocultarlo o disfrazarlo.
{xtypo_code}Estados Unidos, 2008 (102’)
Título original: Zack and Miri make a porno
Escrita y dirigida: Kevin Smith.
Producción: Scott Mosier.
Fotografía: David Klein.
Música: James L. Venable y Chris Ward.
Montaje: Kevin Smith.
Intérpretes: Seth Rogen (Zack Brown), Elizabeth Banks (Miriam Linky), Craig Robinson (Delaney), Jason Mewes (Lester), Jeff Anderson (Deacon), Traci Lords (Burbuja), Katie Morgan (Stacie), Ricky Mabe (Barry), Tisha Campbell-Martin (La mujer de Delaney), Brandon Routh (Bobby Long), Gerry Bednob (Sr. Surya), Justin Long (Brandon St. Randy).{/xtypo_code}
Zack Brown y Miri Linky son amigos desde el instituto. Juntos comparten un espíritu de Peter Pan, un cutre apartamento y una montaña de facturas. Accidentalmente, un video de ella en bragas llega a Internet y resulta un éxito. Entonces, acuciados por las deudas, en un piso sin luz ni agua (cortadas por impago) decidirán rodar una película porno casera para ganar algo de pasta. Tras los castings y la escritura del guión llega el rodaje. Ellos nunca se han sentido atraídos el uno por el otro, pero a la hora de la verdad, descubrirán que entre los dos quizás haya algo más que la amistad platónica que siempre les ha unido. Aunque para entonces quizás sea tarde.
¿Hacemos una porno? es una película divertida (y mucho) en algunos momentos, sobre todo en su primera parte, en los preliminares. En la presentación de los personajes y sus acuciantes problemas económicos en tiempos de crisis, en la fiesta de antiguos compañeros, cuando llegan los problemas, cuando surge la idea, en la preparación del proyecto… Pero cuando llega el rodaje, cuando nos metemos en el asunto, la cosa cae y casi se hunde. Se pierde todo el interés, porque, no nos engañemos, lo que aquí nos presenta el bueno de Smith es una comedia romántica en toda regla. Ni más ni menos. Con todo lo que todo ello implica, sobre todo en la previsibilidad de la cinta, cuyo final puede intuirse desde el mismo principio.
Kevin Smith cuenta con uno de los exponentes más claros de la nueva comedia americana como protagonista, un Seth Green que hace las veces de alter ego del director, aunque más delgado que éste, en la que es su película más erótica (tampoco es nada del otro mundo, que nadie espere grandes despliegues en ese sentido), que recupera al Smith más friki, pero que no presenta nada rompedor. Antes al contrario, es una película, en cierto sentido, conservadora, una comedia romántica (casi) típica, divertida a ratos, pero que podía haber dado bastante más de sí misma.