Qué buena herencia nos dejó el dictador, con lo malo que era. Él y su entorno, la disfrutaron al máximo durante largo tiempo. A su muerte, ésta quedó huérfana, inactiva y en suspenso; a falta de herederos que la reclamasen y le dieran de nuevo vida.
Todos los que pertenecemos al reino animal, vertebrados e invertebrados; domésticos o silvestres; insectívoros, herbívoros, granívoros y omnívoros; racionales e irracionales, estamos sujetos a una ley de la naturaleza, que nos sirve de primera enseñanza, que con ella nacemos. Y es la de imitar en todos los aspectos a nuestros progenitores.
Por tal motivo, los que antaño ejercían de acólitos, hogaño, tras haber madurado, mudado el pelo y alcanzado la mayoría de edad se encuentran con legítimo derecho para arrancar vuelo e irse de batida.
Con la fiesta planeada, las invitaciones repartidas, llegada la fecha prevista, como el aire viene frío, del norte, será mejor volar en dirección sur, ¿nos paramos en Santa Cruz de Mudela (Las norias)? No. Entonces ¿en Peñalajo?, Tampoco. ¿Pues aquí no era adonde venía mucho el Caudillo? Sí, pero, además de que hace mucho frío, sólo hay pelo y pluma, es decir caza menor.
Nosotros nos vamos al respaldo de Sierra Morena (como Curro Jiménez), que además de estar más calentitos, tenemos cotos de caza mayor, que es la nuestra.
Ché, sabes qué, ahora que recuerdo, estos días atrás, con las prisas, he estado tomando notas para traérmelas, de lo de la Comunidad de Madrid y de Valencia, y no me he acordado de la documentación, tanto de armas como de caza. Ni siquiera me lo he planteado. No te preocupes, no es problema, yo hablaré con el comandante de puesto, para que le ordene a la pareja rural que hagan el servicio por fuera de la alambrada del coto; además por allí me conoce todo el mundo.
Además, las tablillas de acotación de las vallas están blindadas, para que ningún intruso nos pueda molestar durante la montería. Allí la gente es muy buena; hasta una cuadrilla de parados, que por allí hay muchos, se ha ofrecido para recebar los caminos a cambio de unos euros. Así que podremos ejercer nuestro deporte, no a escondidas y con miedo, como los furtivos, sino con toda libertad, como los señoritos de antes, a pecho descubierto y con ayudantes y todo.
No cometemos nosotros ningún pecado con ir de cacería; con anterioridad, otros amiguetes, también se apropiaron y disfrutaron temporalmente, de estos bienes Estatales. ¿Por qué nosotros no, si están reservados para ello?
Más y mejor ejemplo hubiesen dado estos señores ante la sociedad si en vez de irse de cacería y parranga, con la seriedad económica que hay en la nación y lo que venga detrás, hubiesen echado el teléfono a su amigo, precursor del efecto llamada, que seguro le hubiese gustado, porque se ve que es muy defensor de los sufridores. Si no, por el Puerto de Béjar, porque habría problemas con la nieve. Si habiéndose unido a la expedición en Madrid y por Despeñaperros, que ya hemos visto que estaba expedito, haber bajado para Andalucía, dedicando este tiempo y dinero a ayudar a tantos moribundos que llegan en los cayucos y pierden la vida en el mismo umbral de la esperanza.
¿Es que nunca se acuerdan los poderosos, los que se comen la carne, de aquellos que no tienen acceso ni a los huesos?
Y los vocingleros, que con tanta animación se mueven en otras ocasiones, cuando ven estos derroches de tiempo y dinero, ¡no tienen nada que decir!