La Virgen camina muy bien arropada en un camino tranquilo y sin incidentes
Tranquilo y regular son los calificativos que definieron el camino de ida de la Romería de Valme rumbo a Cuarto. Una vez superado los parones provocados por la visita oficial del cardenal, y con la comitiva ya enfilada en la carretera vieja, el ritmo de la romería ha sido bastante ágil.
Como se suele decir, sin prisa pero sin pausa, la Virgen ha marcado el ritmo del camino en el que no han faltado las paradas de la carreta blanca y azul para recrearse y permitir a los miles de nazarenos que se congregaban en torno a la carretera poder contemplarla.
El comentario ha sido unánime entre los que la miraban a su paso: la Virgen iba espléndida con el manto celeste y bordados de manila en blanco roto, complementado con la mantilla de blonda, que estrenaba la imagen para esta romería.
Además, la Protectora ha estado este año doblemente bien acompañada, ya que, además de los romeros que caminan a su lado cada tercer domingo de octubre, muy cerca de ella, encabezando la lista de carretas, caminaba otra devoción de gran arraigo en la ciudad, la Virgen del Rocío, representada en la hermandad nazarena que estrenaba carreta en esta romería. Buen ambiente el que rodeaba a esta carreta, en la que no han faltado en ningún momento las sevillanas alusivas a Valme y Rocío. Además, como detalle simbólico, sus integrantes han ido repartiendo durante el camino estampitas conmemorativas del 75 aniversario de la Hermandad del Rocío de Dos Hermanas. Las estampas lucían como fondo la carreta que han decorado y sobre esta las imágenes de Valme y Rocío, rematadas con el escudo del aniversario.
Leve retraso
La entrada de la Virgen en la ermita de Cuarto se produjo sobre las 13:50 horas, 20 minutos más tarde que el año pasado. Un leve retraso admisible, teniendo en cuenta la cantidad de personas que han hecho el camino este año, así como la magnitud de un cortejo que se ha duplicado en relación a la romería de 2007. El esfuerzo ha sido mayor, pero ha merecido la pena.