Se dice que el civismo y la cultura
que definen a un pueblo, son patentes,
en la forma ordenada en que sus gentes
se dirigen al cubo de basura.
Sin embargo, se siguen viendo espacios
en los que el trabajar y el reciclaje,
parecen encajar, sólo en los menos:
es caso de los bares nazarenos
que rompieron el vidrio del mensaje.
Lo que sí que recicla Dos Hermanas
al Sáhara en las próximas semanas:
es cariño, salud, ropa, comida,
familia, caridad, juego, cuidado,
infancia, carcajada, paz, helado,
continua sensación de bienvenida,
sensación de sosiego sin huida,
curiosidad por grifo y por tejado,
ternura a cada instante, a cada lado,
y miedo al ver llegar la despedida…
¡Recicla, Dos Hermanas, tu bondad!
No cedas ante el triste embotamiento
de este mundo egoísta y sus pesquisas.
Y orgullosa, demuestra ser ciudad,
comprendiendo el valor del sedimento
que da enseñar a un niño sus sonrisas…