Una academia de música

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Capítulo importante y no del todo estudiado es el de la presencia y evolución de la música en Dos-Hermanas desde el Quinientos hasta la actualidad. Se conoce más o menos bien y se han publicado numerosos artículos y monografías sobre bandas, grupos y artistas nazarenos de los siglos XIX y XX, pero poco se sabe de una institución que podríamos considerar, aunque salvando mucho las distancias, el antecedente histórico del actual Conservatorio Elemental de Música «Maestro Andrés Segovia» de nuestra ciudad: la Academia Municipal de Música. En este presente artículo abordaremos la efímera vida de esta institución que quiso formar musicalmente a los niños nazarenos en tiempos difíciles.

Y para ello, nos remontaremos a los inicios del siglo XX, durante el período en el que los carlistas estuvieron al frente del consistorio, la que podríamos denominar como «la Década Tradicionalista» (1899-1908). Regía los destinos del ayuntamiento el alcalde nazareno Manuel Rodríguez y Rodríguez [1899-1901], un verdadero apasionado de la música. Tanto es así que en 1876 fue nombrado organista de la iglesia de Santa María Magdalena, cargo que ocuparía hasta su muerte en 1929. También había sido entre 1878 y 1882 maestro auxiliar de la escuela pública nº 1 de esta villa, por lo que era consciente de la importancia de la música en la formación temprana de los niños.

Ese especial interés por todo lo relacionado con el tema musical, quedaría patente en los años de su mandato como alcalde. Y es que gracias a su empeño, consiguió destinar en el presupuesto municipal para 1901 una considerable cantidad de dinero a la creación de una Academia Municipal de Música «donde gratuitamente se enseñe el arte a los niños y jóvenes de ambos sexos de la localidad». Así, en la sesión de 2 de enero de 1901, los capitulares nazarenos acordaron crear esta institución bajo varias proposiciones. En primer lugar, se nombró director de la Academia a Rufo Miranda Álvarez, natural de Alcalá de Guadaíra, «profesor acreditado y solvente», según se decía, a lo que habría que añadir que también era director de la Sociedad Filarmónica «La Alegría» de Dos-Hermanas desde su creación en 1898 hasta que en 1908, forzado por los acontecimientos políticos (caída de la coalición conservadora-tradicionalista que lo había apoyado), tuvo que marcharse de la villa.

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El horario de clase para las alumnas sería de doce del mediodía a dos de la tarde, mientras que para los alumnos sería de siete de la tarde a nueve de la noche. En definitiva, «horas distintas a las establecidas en las escuelas públicas». Asimismo, se aprobó el que se pusiese un «oficio a cada uno de los maestros de las escuelas públicas elementales para que inspiren en los niños el deseo de aprender el arte musical que tanto adorna y enaltece a los que lo poseen». Finalmente, en esa sesión se acordó que la inauguración tuviese lugar al día siguiente, 3 de enero de 1901.

Nacía así la Academia Municipal, cuya sede, por desgracia, desconocemos dónde estaba situada, aunque es probable que se encontrara en alguna dependencia de las casas consistoriales.

A finales de ese mismo mes tuvo lugar una muestra de los avances que iban teniendo los alumnos (cuyo número tampoco conocemos), para lo cual los carpinteros locales José Sánchez Rodríguez y Francisco González construyeron un tablero, cobrando por ello quince pesetas y veinticinco céntimos.

Sin embargo, esta iniciativa del alcalde Manuel Rodríguez terminó naufragando meses más tarde. Días después de su marcha de la alcaldía (lo que tuvo lugar el 2 de octubre de 1901), en la sesión celebrada por los capitulares el 30 de ese mes, se dio cuenta de un escrito de Rufo Miranda, fechado ese mismo día, en el que decía lo siguiente: «Han resultado defraudadas las esperanzas de esa Corporación dignísima, creyendo que los padres habrían de aprovechar para sus hijos la enseñanza musical gratuita costeada por los fondos municipales. El que suscribe ha procurado corresponder a la confianza que el Cabildo le dispensó nombrándole Director de la Academia, poniendo de su parte celo, constancia y amabilidad para conservar y atraer alumnos; pero en vez de conseguir el pretendido fruto, poco a poco ha ido disminuyendo la concurrencia hasta el punto de no haber quedado ningún educando. Es notorio que las malhadadas divisiones políticas han traído esta indiferencia o despego al beneficio que se ofrece a los jóvenes y en esta situación, por decoro, el exponente declina el honor de seguir ocupando el cargo municipal y suplica al Ayuntamiento acepte su renuncia y la expresión de su gratitud».

En el escrito, Miranda achaca el final de la Academia a los ataques políticos y a la dejadez de los padres. De lo primero no tenemos ninguna constancia documental, pues en las actas capitulares no se menciona crítica alguna hacia esta institución por parte de los dos grandes partidos de la Restauración (el Conservador y el Liberal), aunque es probable que los liberales indirectamente influenciaran para acabar con una institución fruto de la gestión carlista. De lo segundo, sería injusto culpar a los padres de aquellas fechas, teniendo en cuenta la situación económica por la que atravesaba la sociedad nazarena de aquellos momentos, compuesta mayoritariamente por jornaleros que muy a duras penas llegaban a fin de mes, por lo que claramente veían primordial que todos los miembros de la familia (incluidos niños) ayudaran al sostenimiento económico de la misma. Y el asistir a clases de música, en esas fechas, no estaba entre las prioridades de las familias más humildes.

El caso es que los capitulares nazarenos, leído el escrito de Rufo Miranda, deliberaron sobre el tema, y acordaron finalmente por unanimidad aceptar la renuncia del director y suprimir la Academia de Música. Asimismo, se hizo llegar a Miranda que el Ayuntamiento quedaba satisfecho de sus servicios.

De esta manera tan simple concluyó la breve vida de esta institución musical. La «aventura» apenas duró diez meses…

Foto del artículo: Retrato de Manuel Rodríguez Rodríguez, alcalde de Dos-Hermanas desde 1899 hasta 1901. Colección de José Quintano Rodríguez.

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