María Dolores Prados Molina acaba de poner fin a una extensa carrera de cuatro décadas, parte de ella como jefa del servicio de Urbanismo en el Ayuntamiento de Dos Hermanas. Esta arquitecta nació en Badajoz, un 1 de julio de 1957, aunque su familia es originaria de un pequeño pueblo de Jaén, Begíjar. Su padre era encargado de obras de ingeniería civil, por lo que residieron en distintos lugares. Mª Dolores decide estudiar arquitectura en la adolescencia por la influencia del trabajo de su padre y porque se le daban bien las ciencias. Realizó sus estudios en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla, entre los años 1974 y 1981, por lo que le tocó estar en la universidad en un momento de grandes movilizaciones y cambios políticos. En su recuerdo, su primer curso de carrera, el año anterior a la muerte del dictador, cuando estuvieron casi seis meses de huelga.
“Mi gran proyecto ha sido el PGOU de 1987, el primer instrumento urbanístico de Dos Hermanas”
¿Cómo fue su llegada al Ayuntamiento de Dos Hermanas hace 40 años?
Mi vinculación con Dos Hermanas es casual. Se estaba montado el equipo para la redacción del primer Plan General de Ordenación Urbana y yo conocía tanto al arquitecto municipal, Jesús Medina Blanco, como al arquitecto que iba a dirigir el plan, José Román Ruiz Esteban, con los que había colaborado por separado siendo estudiante. Ellos me llamaron en septiembre de 1984 para trabajar en la redacción del nuevo PGOU. Durante su tramitación, José Román dejó la dirección y el delegado de Urbanismo, Francisco Sánchez Moreno, me encargó terminar el trabajo dirigiendo al resto del equipo. Una vez aprobado el documento, en 1987, me quedé formando parte de la Oficina Técnica Municipal, con diversos contratos hasta que en 1993 obtuve la plaza de funcionaria.
¿Qué recuerda de aquel momento María Dolores Prados Molina?
Recuerdo estar en el edificio antiguo, funcionalmente muy limitado, pero con mucho encanto. La ciudad de Dos Hermanas del año 1984, cuando empecé a trabajar, tenía calles sin urbanizar y estaba formada por un núcleo urbano más antiguo, la almendra delimitada por el ferrocarril y por la antigua carretera nacional (calle Isaac Peral y Avenida Andalucía) y por barriadas autónomas que no se conectaban entre sí. En ese momento la ciudad solo tenía una estructura viaria radial que obligaba a que cualquier desplazamiento urbano pasara por el centro.
¿Recuerda cuál fue el primer gran proyecto en el que trabajó en el consistorio nazareno como arquitecta en el ámbito del urbanismo?
El PGOU de 1987, que es el primer instrumento urbanístico de Dos Hermanas con todas las competencias, “cose” la ciudad, conectando, en la medida de lo posible, las barriadas colindantes mediante pequeñas operaciones viarias, y aprovecha los vacíos urbanos existentes, fundamentalmente producidos por los almacenes de aceitunas desaparecidos, para crear, en los nuevos desarrollos residenciales, una ronda urbana que conecte transversalmente la ciudad (Avenida España) y para incrementar las dotaciones urbanas: zonas verdes, colegios, centros sanitarios, etc.
¿Cuáles son esos grandes proyectos, los más importantes, en los que ha trabajado en estas cuatro décadas?
Para mí solo ha habido un gran proyecto, la ciudad de Dos Hermanas, ha sido todo el proceso de transformación de esta ciudad, al que ha sido un privilegio asistir, lo que me ha parecido impresionante. Aunque evidentemente unas intervenciones han tenido una gran escala (los dos planes generales, el sector SEN-1 Entrenúcleos, etc.) y otras han sido a una escala pequeña (el Parque de los Reyes Magos, construido sobre una antigua cantera). Creo que todas son importantes.
¿Alguno al que le tenga un cariño especial?
Quizás al PGOU de 1987, porque fue mi primer trabajo y porque me sirvió para conocer a fondo la ciudad, tuve que recorrerla andando para obtener información urbanística que necesitábamos. He vivido muchos años de las rentas de ese primer contacto con Dos Hermanas.
¿Cómo era el trabajo diario en un gran ayuntamiento de una gran ciudad que crecía por años?
Estresante, siempre hemos sido pocos para el trabajo que había; también es verdad que se aprende a convivir con ello y que el horario de funcionaria es una ventaja. Salvo momentos puntuales, a las tres de la tarde terminaba mi jornada laboral.
“Ha sido un privilegio asistir al proceso de transformación de Dos Hermanas”
“Toscano es un gran gestor y solo hay que ver la ciudad que ha dejado”
La mayor parte de su trayectoria ha coincidido con la figura de Francisco Toscano como alcalde. ¿Cómo ha sido trabajar con un visionario del urbanismo como él?
Ha sido un privilegio, he aprendido mucho gracias a los retos que nos ha planteado, es un gran gestor, con grandes ideas, solo hay que ver la ciudad que ha dejado.
Si tuviera que definir con una palabra la Dos Hermanas que se encontró María Dolores Prados a su llegada al consistorio y la que deja con su jubilación, ¿Cuáles serían?
La Dos Hermanas de principio de los 80 era un pueblo grande y deslavazado, con carencias en los servicios urbanos; y la Dos Hermanas actual es una ciudad muy bien dotada, que forma parte del área metropolitana de la capital de Andalucía; son dos realidades urbanas completamente distintas.
De todos estos años de trayectoria, ¿Con qué se queda de su trabajo en el Ayuntamiento de Dos Hermanas?
Con la suerte que he tenido en poder hacer un trabajo que me gusta, con compañeros, políticos y técnicos, estupendos. Mi sensación final es que me he sentido valorada y querida, tanto por mis jefes políticos (Francisco Toscano Sánchez, casi mi único alcalde, y Francisco Rodríguez García, el alcalde actual; y los delegados / delegada de Urbanismo Francisco Sánchez Moreno, José Manuel Carrión Carrión y Ana Conde Huelva), como por mis compañeros, lo que agradezco enormemente.
¿Le ha quedado a María Dolores Prados Moliba algo por hacer en su trabajo como arquitecta municipal?
Sí, completar la urbanización de algunos polígonos antiguos, ya que son zonas complejas de desarrollar técnicamente, en las que no se ha producido una revalorización del suelo que haya estimulado la inversión privada, lo que es imprescindible para cualquier desarrollo urbano.
Aunque ya no esté en activo, pero desde su experiencia, ¿Cuáles son los principales retos a los que tiene que hacer frente una ciudad como Dos Hermanas en los próximos años en el terreno urbanístico?
En el casco consolidado, estamos en un proceso similar al de los 80, la expulsión de las industrias que quedan, lo que va a suponer varias actuaciones residenciales, por ejemplo en la antigua Cydeplas, que son una oportunidad para regenerar las zonas colindantes; también el inicio del siguiente plan general, en el nuevo marco establecido por la Ley urbanística andaluza de 2021 y por su reglamento de 2022, que modifican sustancialmente sus competencias; y por último, en unos años será un reto muy complejo el tratamiento de las zonas del territorio ocupadas ilegalmente por viviendas.