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Ibrahim Al Shami sigue dando pasos en la consolidación de su trayectoria profesional en el mundo de la interpretación. Tras aparecer en series de éxito como El secreto de Puente Viejo, Valeria o El Marqués, este actor sevillano prepara su vuelta a la serie La Promesa de TVE y maneja ya interesantes propuestas de trabajo para un futuro inmediato. Ibrahim nació en Sevilla hace 30 años y desde los 7 vivió en la ciudad de Dos Hermanas, a la que le sigue uniendo lazos familiares y de amistad, y regresa siempre que puede, aunque ya reside en Madrid.

De padre sirio y madre española, ¿Qué papel juega Dos Hermanas en esta ecuación familiar?
Yo nací en Sevilla y, tras vivir en Alcalá del Río, con siete años nos mudamos a Dos Hermanas por el trabajo de mis padres, por lo que me siento nazareno a tope. En esta ciudad viví hasta febrero de 2018 cuando me ofrecen el primer papel importante de mi trayectoria como actor en la serie El Secreto de Puente Viejo y me traslado a Madrid para iniciar mi carrera.

¿Cuándo y cómo descubre Ibrahim Al Shami que quiere ser actor?
Desde que era un niño tuve claro que yo quería ser actor, como si fuese una información que llevase ya dentro de mí, que yo quería estar en las películas. Recuerdo durante la infancia que en mi colegio de Ntra. Sra. de la Compasión, que visité recientemente el día de mi cumpleaños, me daban la oportunidad de colaborar con los mayores, con los de ESO, en las obras de teatro. Ya con 15 ó 16 años trabajé en una empresa de animación y me hice todos los cumpleaños, bodas o bautizos de mucha gente de Dos Hermanas. Además, durante muchos años hice las campañas de animación de Navidad en la calle San Sebastián, en la que me gustaba hacer de mimo.

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¿Le gustaría volver a Dos Hermanas como actor en algún proyecto?
Yo estoy muy agradecido a mi ciudad y su gente y nunca reniego de Dos Hermanas. Me gustaría rodearme de la gente de mi tierra y poder venir con algún proyecto de la mano del Ayuntamiento. Ahora mismo estoy en un momento de mi carrera en el que me dejo dirigir y no tengo proyectos propios, pero me gustaría producir teatro y poder traerlo a mi tierra. En este momento mi carrera ha tomado el rumbo de la cámara y lo audiovisual, donde no me falta trabajo.

¿Es complicado hacerse un hueco en el mundo de la interpretación?
Ha sido una carrera bonita, pero también he tenido mis parones, como uno de un año, que fue como un choque de realidad. La gente suele idealizar el trabajo de un actor, pero tienes que planificar tu futuro de vida. Ha sido, por tanto, una carrera de paso a paso, que sigue su curso y he tenido la gran suerte de hacer personajes muy diferentes en mi trayectoria.

¿Cómo se define como actor?
Mi ideal de trabajo es ser un actor profesional y respetuoso, identificándome mucho con la hormiguita, que trabaja y trabaja. Además, a la hora de trabajar, me gusta ayudar a los demás y hacer equipo, adelantándome a lo que me puedan pedir para un rodaje. Esto además me ayuda a ser un buen compañero.

¿Qué le motiva a la hora de elegir un proyecto, le gusta que sean personajes diferentes?
Me gusta arriesgar, aunque haya propuestas que ya hayas hecho. Los personajes que llegan con profundidad de pensamiento han venido y vendrán, pero no es lo habitual. Por ello, dentro de la posible simpleza de un papel, me gusta buscarle la historia y colorearlo lo máximo posible, a través del cuerpo o el acento, por ejemplo. Me gusta hacer que los personajes sean redondos y carismáticos para que puedas mostrar todas tus capacidades como actor.

“Yo estoy muy agradecido a mi ciudad y a mi gente de Dos Hermanas”

¿Fue su papel de Isaac en la serie El Secreto de Puente Viejo su trampolín como actor?
Con mi personaje de Isaac Guerrero me enfrenté al reto de aprender mucho texto de un día para otro. Al ser una serie diaria, grabábamos 12 secuencias al día, menos los viernes, que eran nueve. Eran 40 páginas con unos monólogos importantes en castellano antiguo. Fue un aprendizaje increíble y, con el tiempo, me aprendía los guiones en una lectura. Claro, luego llegó la serie Valeria, donde rodábamos una o dos secuencias al día y ahí yo era el rey y podía jugar más con la interpretación.

Además de actuar, ha sido modelo, tiene inquietudes musicales, con el canto y el baile, e, incluso, ha hecho de Dj. ¿Siempre ha sido el artista de la familia?
Mi padre tenía una gran facilidad musical y mi hermana daba clases de piano. Mi madre y mi tía pintan, que yo también lo hago, por lo que no soy el único artista de la familia. Quizás he pertenecido a una generación que ha roto con otra que estaba más tranquila, ya que en mi familia hay mucho artista, pero, quizás, no lo saben.

¿Dónde podemos verle próximamente? ¿Qué proyectos maneja Ibrahim Al Shami?
En nada regreso a la serie La Promesa de TVE, con mi papel de Adriano, y más adelante vienen cosas grandes y bonitas. Me llegan personajes maduros y bien construidos, esos papeles oscuros que se me dan bien y que los directores de casting ya lo saben.

Cuando se escapa a Dos Hermanas, ¿Qué es lo que más le gusta hacer?
Voy con el tiempo justo y me gusta estar con mi familia y quedar con los amigos por el centro de Dos Hermanas para tomarnos unas cervezas y comer rico, que es lo que me gusta… Además, con algunos amigos tengo una empresa de animación, a la que me gusta escaparme y trabajar cuando tengo menos proyectos en Madrid.

No sé si suele hablar mucho de su ciudad fuera, pero ¿Qué es lo que más resalta de su tierra?
Defiendo mucho a Dos Hermanas y siempre resalto de ella que es una ciudad para vivir. Aunque mi base de trabajo esté en Madrid, me gustaría tener mi casa en Dos Hermanas para vivir, pasear y tener vida familiar. La ciudad ha vivido una gran expansión en los últimos años y como nazareno estoy muy orgulloso de mi tierra, ya que muchas veces no solemos valorar lo que tenemos.

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