- Publicidad -

La ONG Crecer con futuro ha celebrado sus 20 años de vida ayudando a los menores más necesitadas y lo han hecho con un acto con el que se ha querido agradecer y reconocer a todas las personas y entidades que la han acompañado en esta labor solidaria. El acto tuvo lugar este jueves, día 23, en el Centro Cultural La Almona. En él se vieron perfectamente reflejados los dos grandes proyectos que vertebran su acción solidaria: el Vertedero de Paraguay y las Familias de Acogida para menores en centro de protección tutelados por la Junta de Andalucía.

Tras un vídeo resumen de estos 20 años de vida, se conectó con la comunidad de Encarnación, en Paraguay, como una vuelta a los orígenes, a donde empezó todo. En una videollamada se habló con responsables del proyecto en la zona y con algunos de los chicos que trabajan en el basurero y que han logrado reconducir su vida con formación. Además, una pareja de danza folclórica ofreció a los presentes una muestra de la danza paraguaya.

A continuación, el acto de sus 20 años de vida se centró en el proyecto de las Familias de Acogida, escuchando el testimonio de la primera familia colaboradora que tuvo esta ONG y de un chico ex tutelado y que ha pasado por este programa.

- Publicidad -

Entrega de distinciones

Como una muestra de agradecimiento por el apoyo recibido en estos 20 años de vida, la ONG Crecer con Futuro entregó 15 distinciones. Todas ellas recibieron como detalle un bonsai, tan presente en el logo de esta entidad y como una forma de regalar vida. Lo recibió el director general de Infancia, Adolescencia y Juventud, Francisco José Mora Cobo, en representación de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía.

Crecer con Futuro tuvo un detalle con los trabajadores de la Diputación de Sevilla del Área de Cooperación Internacional y del Área de Cohesión Social e Igualdad. Lo recogió Soledad Rodríguez Morón, psicóloga del Servicio de Infancia y Familia del Área de Cohesión Social.

También se reconoció a la Fundación La Caixa, que recogió Yolanda López Cosano, delegada en Andalucía, Área de Territorios y Centros; las empresas Antique Teathro y María Trifulca, empresas que apostaron por esta ONG y sus proyectos solidarios; el programa Solidarios de Canal Sur Radio y Televisión, por su apoyo incondicional para la difusión, que recogió Emilio Maíllo, coeditor y presentador de este espacio; Jesús Palacios González, catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla por su ayuda con los menores del sistema de protección; Abrázame, la Asociación de Familias de Acogida y Colaboradoras de la provincia de Sevilla, que recogió su presidenta, Mariví Cascajo Almenara; Margarita Pérez Crovetto, jefa de Servicio de la Delegación Territorial de Huelva de Protección de Menores y Familias Colaboradoras; José María Rodríguez Ricoy, director del Centro de Protección de Menores Clave; Juan Casas García de la Galana, voluntario de centros de menores desde los inicios del programa; Susana de Pablo, cofundadora y socia de la ONG Crecer con Futuro; Clara Garrucho, ejemplo de solidaridad silenciosa; Manoli Casado Espejo, voluntaria; y Mª Ángeles Vega Iglesias, por sus 20 años de voluntariado incansable.

La entrega de reconocimientos por estos 20 años de vida concluyó con el Ayuntamiento de Dos Hermanas, que, desde el principio, ha estado al lado de esta entidad, ofreciendo su ayuda para mejorar la vida de la infancia más desfavorecida. Recogió el bonsai el alcalde de la ciudad, Paco Rodríguez.

20 años de vida solidaria

La ONG Crecer con futuro nace en el seno de la familia Vega Iglesias. Juan José Vega y Carmen Iglesias tuvieron 13 hijos. Les enseñaron a compartir lo poco o lo mucho que tuvieran en cada momento y una frase suya causó un gran impacto en su prole fue: «Se comparte lo que se tiene, no se da lo que te sobra”.

La solidaridad forma parte del ADN de la familia. Se implican en diferentes proyectos sociales, con especial sensibilidad hacia la infancia más vulnerable. Por ello, no resulta extraño que Encarna y Cristina, dos de las hermanas, acojan a sendas niñas y que en cualquier reunión familiar se planteen distintos proyectos solidarios. Después de madurarlo mucho, las hermanas Vega Iglesias deciden iniciar un proyecto en común para construir un mundo más justo. El 23 de enero de 2004 se marchan a Paraguay tres de ellas, Encarna, Elena y Cristina.

Cristina Vega, actual directora de La ONG, nos cuenta que “decidimos ir a Paraguay porque Lourdes, una amiga, nos hizo ver que en su país había muchos niños que vivían en condiciones mucho peores que en España. Las autoridades municipales nos llevaron a varios sitios, pero cuando llegamos al Vertedero de Encarnación nos encontramos con un panorama desolador«. Era pleno verano, recuerda Encarna, «con 47 grados de temperatura, y al bajarnos del coche nos impresionó el olor tan desagradable que había. No había luz ni agua potable. No se veía a nadie, como si aquello estuviera desierto. Poco después vino un camión de basura y empezaron a aparecer mayores y niños de todas partes para buscar comida y objetos para vender. Hasta los bebés gateaban para buscar comida. Se la disputaban a los cerdos. Nos permitieron hacer fotos y vídeos de todo, pero el líder de la comunidad nos dijo que ya habían estado allí antes otras personas y no habían vuelto. Creía que nosotras haríamos lo mismo, pero teníamos claro que no podíamos abandonarlos”.

Actuación en Paraguay

De regreso a España «impactadas» y, tras compartir con el resto de la familia lo que habían visto, fundan la ONG Crecer con Futuro con la idea de regresar a Paraguay con un proyecto sólido que les permitiera mejorar la vida de las familias del basural de Encarnación. Implican a otras muchas personas y, un año después, empiezan a trabajar sobre el terreno los primeros expatriados.

Lo primero que se hizo, recuerda Encarna, «fue censar a las más de 300 personas que vivían en el vertedero desde hacía 17 años, entre ellas 150 niños. De acuerdo con las autoridades, se les registró legalmente. Solo algunos adultos lo estaban». A su vez, «se construyó el centro social de Arapyahu. Mil metros cuadrados en los que se hicieron un comedor, una guardería, un centro médico y tres aulas para refuerzo escolar. Tardamos un año en terminarlo. Implantamos un programa de alfabetización para adultos. Para ellos fue muy importante aprender a leer, a escribir su nombre y a firmar. Hasta entonces lo hacían con el dedo. Conseguimos convencer a los padres para escolarizar a los niños. En el centro social les dábamos clases de apoyo y tres comidas al día».

Uno de sus grandes logros fue que en 2013 se erradicó el trabajo infantil. Era la primera vez que se conseguía en un vertedero en Paraguay. «Muchos de esos niños y niñas han podido estudiar y algunos hasta han llegado a la universidad”, afirma una de sus impulsoras.

Con la ayuda de la autoridades locales, se construyeron 93 viviendas y un centro de trabajo o de acopio en el que separan la basura para después tratarla en otros sitios. Desde entonces, asegura, «viven de la basura, no en la basura. Allí trabajan muchos de los adultos que antes no tenían posibilidad alguna de ganarse la vida».

Menores en centros de protección

A partir de 2013, sin abandonar Paraguay, Crecer con Futuro se plantea iniciar un nuevo proyecto, esta vez en nuestra Comunidad Autónoma, apoyando a los casi 3.000 niños y niñas que viven en Centros de Protección de Menores, tutelados por la Junta de Andalucía, que sufren importantes carencias afectivas.

Gema Carrasco Sequera, responsable de Sensibilización de CcF, nos explica que “estos niños y niñas son retirados de sus familias biológicas, declarados en situación de desamparo y derivados a un Centro de Protección de Menores, donde la mayoría vive hasta que cumple los 18 años. Se trata de menores de familias desestructuradas que no han sabido o no han podido ofrecerles el entorno de cuidados y protección que cualquier niño o niña necesita. Si no se les ayuda y se les da a conocer otros modelos familiares, terminan reproduciendo los patrones que han visto desde pequeños”.

Por ello se apostó por la figura de las familias colaboradoras. Estas familias, añade Natalia Núñez Rufo, coordinadora de Crecer con Futuro, «complementan, durante fines de semana y vacaciones, la atención que los niños y niñas reciben en los centros de protección, ofreciéndoles la oportunidad de conocer y participar en relaciones familiares sanas y estables, favoreciendo su autoestima y desarrollo pleno». Fue así como se decidió ponerse manos a la obra, arrancando en 2013 un programa integral para buscar, preparar y acompañar familias colaboradoras. Hasta el día de hoy se han conseguido 175 familias en Sevilla, Huelva y Málaga que le han cambiado la vida a unos 200 niños y niñas.

Toda la información en su página web www.crecerconfuturo.org.

- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí
Captcha verification failed!
La puntuación de usuario de captcha falló. ¡por favor contáctenos!