Todo el que pasa, bien en coche, en bici, andando o corriendo, por el vial que conecta la zona de Arco Norte y Entrenúcleos, no puede evitar mirar hacia un mural de 60 metros de largo que ofrece un recorrido visual desde el parque forestal a la glorieta del hipódromo, con la Avenida de las Universidades como eje vertebrador. Una iniciativa del Ayuntamiento y que se enmarca dentro de una serie de intervenciones que tienen por objeto dignificar espacios públicos de una manera amable y sostenible, para la que cuentan con el empleado municipal Miguel Gómez Terrón.
En este recorrido visual, con más de una decena de escenas, aparecen elementos tan simbólicos de este paisaje, como la Rotonda de los Caballos, el Lago de la Vida, El Pensador, la Universidad Loyola, la Hacienda Torre de Doña María, la ciudad deportiva, el edificio del parque tecnológico, las promociones de viviendas, la línea del Metrobús y hasta el hipódromo o la torre de la Universidad Pablo de Olavide. Pero, apunta Miguel, “lo más importante son las personas, que dan vida al paisaje, y he intentado pintar a las que, paseando o en bicicleta, han pasado por aquí mientras realizaba este mural”.
El mural que hace un recorrido visual por Entrenúcleos está siendo realizado con pintura al agua, que irá barnizada, y Miguel está empleando en su ejecución unos 45 días de trabajo, aunque no han sido de manera continuada, “ya que, entre medio, he tenido que afrontar otros proyectos”. Una creación que afronta su recta final y que estará lista en breve.
Muchos años de murales
Este mural no es el primero que realiza este sevillano de 57 años y afincado en Dos Hermanas hace más de dos décadas de la mano del Ayuntamiento de Dos Hermanas.
Desde que entró a trabajar como empleado de mantenimiento en el consistorio, conocedor de sus cualidades artísticas con la pintura, han sido numerosos los trabajos que ha afrontado.
Miguel empezó pintando juegos en el suelo de los patios de los colegios para, a continuación, afrontar tres cursos realizando murales participativos con los niños y niñas sobre el mercado de abastos, la educación en igualdad y el Parque de la Alquería. En estas tres temporadas, recuerda, “realicé unos 120 murales con la implicación de 18.000 niños y niñas”.
Este artista de la pintura también ha realizado murales en otros espacios, como el Hogar del Pensionista, la Laguna de Fuente del Rey, las instalaciones de ASAS, ANFI, Aspace y Anidi, o en la nueva oficina municipal de Montequinto en el Edificio Bécquer.
Son, como el mismo define, “murales realistas, con una imagen amable, que reproducen paisajes de la ciudad, y que tienen una función decorativa”.
Pero también ha realizado otro tipo de creaciones abstractas, haciendo uso de colores planos, como las que se encuentran en el pabellón del Club Entretorres de Montequinto o en el Pabellón de Los Montecillos.
Recuperar espacios degradados
Y es que Miguel pinta sobre cualquier superficie con la finalidad de recuperar espacios que se pueden degradar con el tiempo, como los transformadores de la luz. Usando imágenes del entorno, ha plasmado sus creaciones, entre otros, en los de las Casas Baratas, La Redondilla o El Cano. De esta forma, aclara, “la gente se identifica con la obra y la cuida más”.
Recientemente, también llenó de color dos transformadores del Bulevard José Rodríguez de la Borboya, en Entrenúcleos, con colores geométricos, que rememoran la obra de Kandinsky.
Una vez finalice el mural panorámico de Entrenúcleos, a Miguel no le faltarán los encargos por parte del Ayuntamiento para seguir llenando de vida y color otros espacios públicos del municipio.
Identificar a la gente con la obra de arte
Miguel Gómez Terrón confiesa que no hay nada más gratificante, “y que me pone las pilas”, que hacer arte público, ya que “la gente se para y te demuestra que le importa lo que haces”. Y es que, asegura, “intentar vincular al público con una obra pictórica es complicado, pero con este tipo de trabajos en espacios públicos logras que la gente se identifique con lo que estás haciendo”.
