Si hay una tarde al año en la que la ciudad se convierte en una auténtica fiesta de la ilusión esa es la de la Cabalgata de Reyes. Sus Majestades los Magos de Oriente se volvieron a dar un baño de multitudes en su visita a Dos Hermanas la tarde del 5 de enero en una nueva jornada en la que la alegría y la magia inundaron todos los rincones del municipio.
Los personajes de la cabalgata fueron recibidos a las puertas del Ayuntamiento de la ciudad por un numeroso público que se congregaba en la Plaza de la Constitución. Tras una persistente cuenta atrás de diez segundos, que se repitió una y otra vez hasta que surtió efectio, los Reyes Magos, la Estrella de la Ilusión y el Cartero Real aparecieron en el balcón de la casa consistorial para saludar al público allí presente, mientras que la Banda de Música Dos Hermanas Santa Ana ponía los sones navideños a la cita.
La euforia se apoderó de niños y mayores, mientras los protagonistas de la tarde iban saliendo del Ayuntamiento para saludarlos antes del comienzo de la cabalgata. En coches de caballos, como marca la tradición, y arropados por un numeroso y colorista séquito de beduinos, el séquito real partió hasta la nave de la calle Arroz, donde cada día 5 de enero sucede la magia de esta auténtica fiesta de la ilusión.
Llamó la atención el vestido de la Estrella de la Ilusion, sobre todo su larga cola, con un diseño, en el que los tonos azules y plateados fueron los protagonistas, convirtiéndola en una auténtica Reina del Hielo.
Aunque si hubo un rey que no dejó indiferente a nadie fue Gaspar. Siguiendo con la tradición que asegura que viene de Asia, el rey se inspiró en Tailandia con una original corona thailandea, sedas y tejidos vibrantes. Además, lució una cola de caballo de pelo natural que le daba un aspecto de guerrero samurai.
Melchor fue uno de los reyes mejor caracterizados, con unos lujosos ropajes, cuya corona fue diseñada y ejecutada por el cantante nazareno Manuel Lombo. Mientras que el colorista atuendo de Baltasar, con inspiraciones latinoamericanas en su diseño, también fue muy comentado. Aunque hubo un detalle que no pasó desapercibido en su trono, en el que el Rey Negro lució a sus plantas unas varas de nardos, la mirra nazarena, su particular ofrenda para Dos Hermanas.
Fue una cabalgata de estrenos y novedades. La principal fue ver a la veintena de carrozas que integraban el cortejo, tiradas por vehículos todoterreno, en lugar de los tradicionales tractores, lo que provocó que los diseños ganasen en visibilidad. Además, los cabezudos desaparecieron de la cabecera de la comitiva, pero sí hubo dos grandes figuras blancas articuladas que acompañaban a un grupo de animación que jugaron con las luces, las acrobacias y la danza.
La cabalgata fue un auténtico homenaje a Dos Hermanas con sus 11 carrozas temáticas. Un completo recorrido por el pasado, presente y el futuro de la ciudad, con numerosos guiños a la arquitectura, las tradiciones o su folclore. Destacó la carroza dedicada a la Feria de Mayo, con una fidedigna e iluminada recreación de la portada; la de las aceituneras, en un guiño al monumento de la Avenida Ingenierio José Luis Pratas; la dedicada al Parque de la Alquería y la Laguna de Fuente del Rey, con el templete del lago; o la dedicada a las romerías de Valme y del Rocío, con ese caballo en movimiento.
Una tarde de cabalgata más, mención aparte se merecen las bandas de la ciudad, que consiguieron animar con sus interpretaciones al público que se agolpaba en los diferentes puntos del recorrido para disfrurar del paseo triunfal de los Reyes Magos por Dos Hermanas. Santa Ana, Presentación, Entre Azaharez, Ntra. Sra. de la Estrella y Ntra. Sra. de Valme tocaron temas alegres y festivos, que conformaron la mejor banda sonora para uno de los días más importantes de la ciudad.
La llegada al centro, aunque con cierto retraso sobre los horarios previstos, se convirtió en una auténtica fiesta de la ilusión, en la que, por segundo año consecutivo, no faltaron los fuegos artificiales en la Plaza de la Constitución. Nadie quería perderse el paso de la comitiva y el público no se movía de su sitio, a pesar de la larga espera y a que el frío tampoco quiso perderse esta cabalgata cuando la tarde dio paso a la Noche de Reyes.