Tras varios meses de lucha, Salvador Calderón, afectado con hipertensión pulmonar, ha logrado que el Hospital Virgen del Rocío le suministre la medicación autorizada por ley para paliar los efectos de su enfermedad.
Tras dos años con Ilomedín, una medicación por vía intravenosa, Salvador descubrió hace tres meses que el medicamento no sustituible para la hipertensión pulmonar era el Ventadis, con el mismo principio activo, pero por vía inhalatoria.
Salvador comenzó a moverse escribiendo al Defensor del Pueblo y al Ministerio de Sanidad, logrando hace unos días su petición, con la intermediación de la diputada del Partido Popular, Patricia del Pozo, y el consejero de Salud, Aquilino Alonso Miranda.
Salvador está percibiendo una mejoría en su estado con el nuevo tratamiento, al dilatarse más sus vías respiratorias. El único motivo que para este paciente podría explicar el que el hospital le aplicase otra medicación a la estipulada por ley es el económico, ya que el Ventadis tiene un coste superior.