Oración vuelve a cautivar a los cofrades con su forma de procesionar
La elegancia marcó el discurrir de la Hermandad de Oración por las calles de Dos Hermanas en la tarde y noche del Miércoles Santo. Algo a lo que la hermandad de la calle Aníbal González tiene acostumbrado a los cofrades nazarenos, quienes disfrutaron, sobre todo, con la fuerza, el estilo y la dulzura con la que se paseó el palio de la Virgen de los Dolores.
Algo en lo que tuvo mucho que decir el magnífico repertorio musical que acompañaba a la Dolorosa de Oración, conjugando clasicismo, variedad y buen gusto. En este terreno, a la salida de la cofradía, se estrenaron las dos marchas dedicadas a la corporación, De Getsemaní al Cielo y Madre de los Dolores Nazarena.
La cofradía tuvo un detalle en Carrera Oficial con el delegado de Fiestas y Servicios, José Román Castro, que se jubila en el mes de mayo. El concejal hizo una llamada al misterio en agradecimiento a tantos años de servicio y colaboración con las hermandades. Para la ocasión, sonaba Saeta, una de sus favoritas.
Detalle de una jornada en la que la única incidencia fue el desprendimiento de parte de la gloria del paso a su paso por Real Utrera, que supuso un retraso de 15 minutos.