Tras 30 años, deja el taxi en el que no sólo ha transportado viajeros: también llevaba las películas al cine y el dinero de los bancos
Dice Donato Olivares que deja el taxi, que el negocio no es ya el de antes, el que inició su padre (cuando casi nadie tenía coches en Dos Hermanas) o el que continuó él en 1958, al cumplir 18 años. El primer taxi que tuvo en la parada del Arenal , un Citroen 15, era el número 25. El de su hermano, el 1. Ahí comenzó toda una vida al volante: más de 30 años repletos de anécdotas.
Donato ha demostrado que un taxista también cumple un servicio público. Muchos años, día tras día, era quien traía los seis o siete rollos de las películas que se proyectaban en el Cine Español. Iba a la estación de autobuses de Sevilla, entregaba la película del día anterior y se traía la nueva. También los empleados de la banca deberían estarle agradecidos. Entonces no había furgones acorazados y él era el encargado de llevar, junto a Alejandro, el dinero del Banco Central a la sede de Sevilla. La cantidad diaria (unos 5 millones de pesetas) iba escondida en un saco bajo el asiento.
Del volante… al “rosquisqui”
Hubo un tiempo en que Donato cambió el volante por otro objeto redondo: el “rosquisqui” o casco de paracaidista, con forma de queso. Se alistó a la Sección de Paracaidistas del Ejército del Aire. Pasó por Tablada, Alcantarilla (Murcia) y finalmente Alcalá de Henares. Entre otros lugares estuvo en el Sahara realizando maniobras, y participó en el rodaje de la película Ahí va otro recluta, en 1960. “Cuando me tiraba del avión”, dice, “no sentía que yo bajaba, sino que la tierra subía”.
Le deseamos suerte en su nuevo viaje… algo más tranquilo: trabajará de mantenimiento en la comunidad de vecinos de Torrequinto.
“Simpa” en la Plaza de España
Sus trayectos con el taxi no siempre eran cortos. Vicasa le encargaba a menudo traer piezas para la fábrica desde Madrid. También llegó a hacer un porte con su taxi a Casteldefells, aunque aprovechó y se quedó allí 15 días. Y aunque antes no se llamaban “simpa” (“sin pagar”), una vez llevó a la Plaza de España a un cliente, que entró en el edificio por una puerta, le dijo que se esperara y salió por otra trasera. Donato se quedó sin cobrar. En la foto,un joven Donato con su taxi en El Arenal.
Una familia, tres taxistas
Aparece aquí sentado en su SEAT 600 Donato Olivares García (padre de nuestro personaje, Donato Olivares Arquellada). Fue él quien montó este negocio familiar de los taxis. Nacido en Sanlúcar de Barrameda (en una curiosa fecha: 4-4-1904), se dedicaba en Dos Hermanas a comprar coches y arreglarlos en la calle Alcoba, en la trasera de su casa de la calle San Alberto. Su otro hijo (Francisco Olivares, también conocido por ‘Donato’), es quien aparece a la izquierda con su taxi en la Plaza del Arenal donde se circulaba en sentido contrario que ahora.