Tras las continuas quejas de vecinos y dueños de fincas por los daños provocados por el paso de las cabras, el cabildo celebrado ayer ha decidido dar a los dueños de ganado cabrío un plazo de ocho días para que limiten la presencia de sus hatos a las dehesas que tengan arrendadas, bajo la multa irremisible de 20 ducados.
No es la primera vez que esto ocurre en Dos Hermanas. Ya en 1808 y en 1813 las quejas vecinales por el paso de cabras por las calles obligó al gobierno nazareno a tomar medidas. En la última ocasión se ordenó a los ganaderos colocar las majadas cerca del camino a Los Palacios, a media legua de la población, pero el problema aún no se ha resuelto.