Todos los años por esta época me indigno.
Cuando la Junta de Andalucía nos dío, hace ya varios años, la buena noticia de que subvencionaba el coste de los libros de texto de primaria y secundaria, nos produjo, a los padres, una gran alegría. En mi caso pagaba unos 110 euros por cada uno de mis hijos (y tengo dos).
Era la solución perfecta: los padres ahorrábamos, se reciclaban los libros usados pasando de niño a niño…
Pero nada de esto ha ocurrido, cada curso yo sigo pagando mis 110 euros por niño (ahora en concepto de cuadernillos y libros complementarios). Además de, por supuesto, pagar mis impuestos con los que se pagan los “libros gratis”.
En realidad, como siempre, los únicos beneficiados son las grandes empresas, en este caso, las editoriales, que consiguen ganar doble.
