Me dirijo a este periódico para exponer un asunto que me parece una imagen deplorable y creo que nos convierte en gente de baja cultura ante la vista de personas foráneas.
Vengo observando que algunos padres, madres o abuelos, cuando sus niestos o hijos de corta edad tienen ganas de orinar los ponen a realizar semejante acto en la calle, bajándole los pantalones a los niños o subiéndoles las faldas a las niñas en cualquier esquina donde hay una rejilla de alcantarillado.
En mi humilde opinión no veo correcto que en plena calle se ponga a los niños a hacer estas cosas, pues no resulta muy agradable a la vista de los demás y creo que debería estar multado por la autoridad.
Si nuestros niños tienen ganas de orinar en la calle debemos procurarle un lugar adecuado para ello y no poner a las criaturas a realizar sus necesidades en plena vía pública a la vista de todos los viandantes.
