Una historia anodina

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1101EL AMOR Y OTRAS COSAS IMPOSIBLES

Aprovechando el reciente Oscar a Natalie Portman, se estrena esta cinta rodada hace ya dos años y que en su momento quedó guardada en un cajón a la espera de fecha de estreno, y que, a saber por qué motivo, aún seguía allí. Al menos, eso podría parecer en un principio, ya que la cinta está plagada de nombres populares y rostros conocidos (de esos que, al verlos, sabes que has visto en varias películas, aunque ni recuerdas cuáles ni sabes el nombre del intérprete en cuestión). Pero lo cierto es que, una vez vista, empiezas a comprender por qué se quedó guardada en un cajón, por qué no se estrenó en su momento, y por qué ha sido ahora, aprovechando el tirón del premio recibido por Portman, cuando se ha recuperado del olvido.

{xtypo_code}Estados Unidos, 2009 (106′)
Título original: Love and other impossible pursuits
Dirección: Don Ross.
Producción: Carol Cuddy, Marc Platt.
Guión:  Don Ross basado en la novela de Ayelet Waldman.  
Fotografía: Steve Yedlin.
Música: John Swihart.
Montaje: David Codron.
Intérpretes: Natalie Portman (Emilia Greenleaf), Scott Cohen (Jack), Lisa Kudrow (Carolyne), Lauren Ambrose (Mindy), Anthony Rapp (Simon), Charlie Tahan (William), Debra Monk (Laura), Michael Cristofer (Sheldon), Mona Lerche (Sonia).{/xtypo_code}

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Aunque está rodada con solvencia, aunque no hay errores claros que se le puedan achacar, aunque la puesta en escena sea más que correcta, esté bien iluminada y (en la mayoría de momentos) bien interpretada, la cinta tiene un tufillo permanente a telefilme que tira de espaldas. Tanto en su temática, como en el modo de abordarla, como en su resolución.

El argumento gira en torno a la joven abogada Emilia Greenleaf, casada con su jefe (que estaba casado cuando se conocieron), que acaba de perder a su hija, fallecida a los tres días de nacer. A pesar de su dolor, se esfuerza por conectar con su hijastro William. Pero lo que más le cuesta es lidiar con las constantes intromisiones de la celosa y furiosa ex-mujer de su marido.

La película quiere ser una comedia con tintes románticos y dramáticos, pero es un drama romántico con algún toque cómico. Los personajes evolucionan todos del mismo modo: empiezan cayéndonos mal (desde el niño, hasta su madre, el padre de la protagonista, su marido…) y al final son todos buenos… Y con Natalie Portman ocurre casi lo contrario, y a medida que va pasando el tiempo uno le va cogiendo más tirria.

Es la típica película independiente rodada en Nueva York, un drama con temática dura (la muerte súbita de un bebé), bien interpretada, pero adolece de una monotonía que aburre. Mantiene siempre el mismo ritmo, la misma intensidad, la historia no evoluciona, es lineal y no hay la más mínima sorpresa. Una historia anodina para fans de Natalie, pero poco más.

 

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