La vida pone siempre pruebas difíciles de superar, pero cuando fallece un ser querido se torna en cruda realidad todo lo que consideramos cotidiano. Estrella Martínez nos dejó el día de Santa Ana, día grande para nuestro municipio pero luctuoso para su familia, amigos y para todos los que integramos el Partido Popular de Dos Hermanas. Se fue, pero su persona y su forma de ser nos acompañarán siempre en nuestros corazones.
Se cae habitualmente en halagos cuando recordamos a nuestros difuntos, pero de Estrella podemos destacar, sin temor a exagerar, su vitalidad. Siempre regaló alegría y optimismo a todo aquel que tenía la suerte de compartir con ella su amistad, a través de su valor más preciado, la sonrisa. Era, y es, un espíritu libre, despierto, inquieto, ávido de emociones, leal y directo, una persona en quien confiar, una buena «camarada».
Fue componente del Comité Ejecutivo del Partido Popular de Dos Hermanas, personificando la secretaría de la Mujer y siendo, no ya voz y palabra de la misma, sino vivo ejemplo del afán de superación y de lucha contra la adversidad. ¿Quién mejor que ella para aleccionarnos en una materia tan sensible? Los zarpazos que le dio la vida curtieron a una mujer indomable, activa y activista, a una defensora de la igualdad y la libertad.
Tú, Estrella, supiste mirar de frente a la muerte, sorteaste las zancadillas que el cáncer te presentaba todos los días y saliste victoriosa en todas las pruebas, excepto en la última, la que supuso tu marcha. Siempre nos guiarás en nuestra labor, estés donde estés, y tendrás en tu hija Alba a una digna sucesora de tu vida, ella sabrá, mejor que nadie, cómo darle un sentido pleno a tu existencia, ella, sin lugar a dudas, te hará eterna
