El nazareno es el primer español en conseguir el título
No tengo palabras para expresar lo que siento. Estamos muy contentos, todo el equipo ha trabajado muy duro y al fin tenemos nuestra recompensa. El motocross es mi vida, mi pasión… He tenido grandes momentos y, por supuesto, momentos de sacrificio, duros y difíciles. Pero ahora soy campeón del mundo y esto lo compensa todo. Gracias a todos”.
Con sus propias palabras se resume todo. Las pronunció el nazareno Carlos Campano Jiménez el pasado domingo en Ginebra, Suiza, al convertirse en el primer español en proclamarse campeón del Mundo. Tras ganar siete de las doce pruebas celebradas y once mangas, nadie merecía el titulo más que él. Pero le separaban aún 18 puntos de la victoria final.
El circuito de la final del mundial estaba ubicado en plena ciudad, a pocos kilómetros del centro de la misma. Un circuito natural, sin apenas saltos, con mucha hierba y piedras, donde el agarre era mínimo.
En la primera manga de la carrera, la que le daría la victoria, el italiano Alex Salvini optó por encerrar con el fin de dejar con las menores aspiraciones posibles al piloto nazareno, dejándolo muy retrasado. Pero poco a poco Carlos remontó, llegando a ponerse en cuarta posición. Tras una pequeña caída al intentar pasar al tercer clasificado, Campano perdió un puesto y se colocaba quinto. Una posición que era suficiente para terminar la manga como campeón del Mundo de Mx3 2010. Tras cruzar la línea de meta todo el equipo celebró la victoria después de un año muy duro: el esfuerzo tuvo su justa recompensa.
La segunda manga tuvo poca historia. Carlos quería ganar, así que tras la salida remontó rápidamente y se puso a rueda de Salvini y un corredor belga. Marcó la vuelta rápida y presionaba a los líderes, pero una piedra golpeó muy fuerte las gafas del piloto español y le rompió el cristal, teniéndose que conformar con entrar en tercera posición tras no poder acercarse mucho por el polvo y las piedras. Pero ya poco importaba, todo el trabajo estaba hecho. La historia estaba escrita.
