El mejor Allen

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si la cosa funcionaSI LA COSA FUNCIONA

Tras varios años sin presentarnos una película que realmente pudiese considerarse de nivel (ni Vicky Cristina Barcelona –que era más un paseo turístico por la ciudad condal–, ni Cassandra’s dream –poco creíble y, por momentos, aburrida–, ni, aunque en menor medida, Scoop, terminaban de convencer), Woody Allen vuelve a realizar gran cine, vuelve a demostrar que puede volver a su querida Manhattan cuando quiera y recuperar su toque de gran maestro con esta comedia, Si la cosa funciona.

Estados Unidos, 2009. (92’)
Título original: Whatever works.
Escrita y dirigida por: Woody Allen.
Producción: Letty Aronson, Stephen Tenenbaum.
Fotografía:  Harris Savides.
Montaje: Alisa Lepselter.
Intérpretes: Larry David (Boris Yellnikoff), Evan Rachel Wood (Melodie St. Ann Celestine), Patricia Clarkson (Marietat), Adam Brooks (amigo de Boris), Lyle Kanouse (amigo de Boris), Carolyn McCormick (Jessica), Conleth Hill (Leo Brockman), John Gallagher Jr (Perry), Henry Cavill (Randy James), Olek Krupa (Morgensten), Ed Begley Jr (John), Christopher Evan Welch (Howard), Jessica Hetch (Helena).

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Boris Yellnikoff fue un brillante físico, candidato al Nobel, profesor en la Universidad de Columbia, felizmente casado con una bella y adinerada mujer, pero ahora es un cascarrabias, que falló en su intento de suicidio, y que se gana la vida como profesor de ajedrez de niños a los que insulta y grita por su ineptitud, irritando a los pocos amigos que le quedan por sus opiniones misántropas, contrarias a todo trato humano, a las religiones, a la política, etc, etc. Una noche, al llegar a su casa, encuentra en la puerta a una joven pueblerina, que ha escapado de casa y que le pide que le deje pasar la noche allí. Él, reacio al principio, acaba aceptando, y pasar una noche acaba convirtiéndose en que ella se quede allí, a pesar de las reiteradas pullas que Boris le lanza.

Larry David, que ya trabajó con Allen hace bastantes años (por ejemplo en Días de radio), en papeles bastante menores, es el nuevo alter ego del director, con un resultado realmente sorprendente. La película tiene momentos brillantes, y muchos. Larry David encabeza un reparto en estado de gracia, y todos ellos consiguen trasladar a la pantalla el texto del maestro Allen.

Muchos podrán tildar la cinta de misántropa, algunos incluso (equivocadamente, por supuesto) de misógina. Son los que no han terminado la película (que también los hay, que hablan de la película sin haberla visto entera). Si la cosa funciona es de las pocas comedias de los últimos tiempos que tiene tanto humor negro, tanta mala baba, pero lo bueno es que todo acaba en un discurso muy liberal, sincero y muy divertido. Woody Allen recupera su mejor tono, volviendo (en cierto modo) a la comedia, donde se siente más cómodo, actualizando su discurso, acomodándola a los tiempos que corren, aunque, en definitiva es lo de siempre, una historia sobre el amor, con una filosofía de vida apasionada, descreída, donde dos seres que parecen tener poco en común se encuentran en el caos que es este universo en el que vivimos. Muy aconsejable.

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