Me llamo Carlos y quiero contarles cómo la crisis está influyendo en mi vida (pienso que somos muchos). Hace varios años me vine a Dos Hermanas por lo bien que se hablaba del pueblo (ciudad) en todos los aspectos. Busqué trabajo, lo encontré rápidamente y me asenté aquí con mi pareja. Nos casamos, compramos nuestra primera vivienda con mucha ilusión.
Con el tiempo, montamos un negocio con un dinerito ahorrado. Pero todo esto lo barrió la crisis: tuvimos que cerrar el negocio con números rojos que hemos tenido que afrontar después durante cuatro años. Mi pareja tuvo suerte y encontró trabajo. Yo busqué durante 14 meses, se agotó la prestación por desempleo y no encontré nada.
Finalmente, encontré uno y vinos un poco la luz, pues tenemos que hacer frente a un préstamo y la hipoteca que supera el sueldo de un trabajo mileurista. Hace una semana me comunicaron que la empresa cierra porque no pueden seguir haciendo frente a la crisis. De nuevo al paro, pero esta vez sin ayuda por desempleo, pues lo agoté anteriormente. Hablo con el director del banco para rogarle ayuda en los plazos: “si no podéis pagas, me entregáis las llaves del piso y estamos en paz. Esto nos está pasando en cuestión de dos años, sin trabajo, con deudas por un negocio fracasado y a punto de entregar la vivienda que tanto esfuerzo nos costó mantener durante seis años, pagando dignamente unas cuotas elevadísimas
Me imagino que habrá más familias como nosotros. Estamos totalmente derrumbados, fracasados y desesperanzados, sin trabajo, con un solo sueldo mileurista, a punto de quedarnos sin vivienda y sin saber a dónde acudir ni qué hacer.
Creo que hemos sido trabajadores dignos en un pueblo que una vez nos dio una oportunidad y que ahora no tenemos más que sufrimiento.