WATCHMEN
Con el precedente de la muy reciente adaptación fallida (por ser condescendientes) de The Spirit aún en la retina, muchos nos temíamos que esta nueva versión de un clásico de la novela gráfica (la de la más grande y más famosa de las novelas gráficas jamás escritas) iba a ser otra decepción, y más teniendo en cuenta que detrás de las cámaras se encontraba Zack Znyder, director que se encargó de la muy flojita, aunque visualmente impactante, 300. Pero afortunadamente, el resultado es muy distinto. Tanto que estamos, sin duda, ante la mejor de las adaptaciones de una novela gráfica, y además, ante una película magnífica, extraordinaria.
Estados Unidos-Reino Unido-Canadá, 2009.
Título original: Watchmen.
Director: Zack Znyder.
Producción: Lawrence Gordon, Lloyd Levin, Deborah Znyder.
Guión: David Hayter y Alex Tse, basado en la novela gráfica de Dave Gibbons y Alan Moore.
Fotografía: Larry Fong.
Montaje: William Hoy.
Intérpretes: Malin Akerman (Laurie Júpiter/Espectro de Seda II), Billy Cudrup (Dr. Manhattan/Jon Osterman), Matthew Goode (Adrian Veidt/Ozymandias), Jackie Earle Haley (Walter Kovacs/Rorschard), Jeffrey Dean Morgan (Edward Blake/El Comediante), Patrick Wilson (Dan Dreiberg/Búho Nocturno II), Carla Gugino (Sally Júpiter/Espectro de Seda), Matt Frewer (Edgar Jacobi/Moloch), Stephen McHattie (Hollis Mason/Búho Nocturno), Laura Mennell (Janey Slater), Rob LaBelle (Wally Weaver)
A mediados de los años ochenta del siglo pasado, Estados Unidos vive sumido en el temor a una guerra nuclear con la Unión Soviética. Ya no hay superhéroes disfrazados que hagan cumplir la ley, ya que el gobierno les prohibió actuar desde 1977. Sus tiempos se acabaron y ahora sobreviven mezclados con la sociedad, como seres normales. Pero cuando uno de ellos, conocido como El Comediante, sea asesinado, uno de sus antiguos compañeros, Rorschard, un hombre recto con unas estrictas convicciones sobre el bien y el mal, comenzará a investigar por su cuenta, temiendo que hay una trama oculta para eliminar a todos los héroes enmascarados presentes y pasados, descubriendo una conspiración de alto alcance que tendrá catastróficas consecuencias en un futuro cercano si no hace nada. Su misión es velar por la humanidad, vigilar que todo vaya como debe ir, pero ¿quién vigila a los vigilantes?
Watchmen, la novela (aunque todavía muchos la cataloguen como un ‘simple’ (?) cómic), fue elegida por la prestigiosa revista Time como una de las mejores novelas escritas en inglés entre 1923 y la actualidad. La obra mostraba de un nuevo modo el arquetipo de héroe: desde su fetichismo (entre otras cosas, por esos trajes ceñidos de cuero), ciertas dosis de evidente paranoia, y su creencia de ser un mesías que va a salvar a la humanidad; es decir, algo lejano a la heroicidad. Además, tenía profundas referencias filosóficas, políticas y psicológicas. La película no llega a las cimas de la genial obra de Moore y Gibbons, pero sí se consolida como una de las mejores cintas sobre héroes jamás rodadas.
La obra de Znyder (parece mentira que sea el mismo de 300) se abre con una soberbia secuencia de créditos, apabullante, que sirve como resumen a la historia de los héroes, a lo que llevó a redactar y aprobar la ley que les prohibía actuar. Es difícil mantener ese nivel durante todo el metraje, aunque a veces se consigue (otras, en cambio, cae momentáneamente en un estrepitoso ridículo, como el de la escena de sexo que acompaña el Halellujah de Leonard Cohen, que provoca carcajadas, y no sin razón). Puede parecer complicada, áspera en algunos momentos, casi inabarcable para los que no hayan leído la novela por la ingente cantidad de datos que se dan en tan poco tiempo, pero Watchmen es una fiel adaptación del original (lo que era, en un principio, bastante difícil de conseguir), tiene momentos memorables, de muy buen cine, es una película que se disfruta, que hay que dejar reposar y asimilar. Fantástica.
cine : jahidalgo-cineando.blogspot.com