Porque el sueño de ayer es la esperanza de hoy y la realidad de mañana, todos deseamos que estés con nosotros lo antes posible. Que tu trabajo siga sirviendo para que todo sea mejor a pesar de la ingratitud que muchas veces demuestran hacia este empeño que ponemos día a día los que nacimos para ayudar a los demás, los que no agachamos la cabeza ni miramos hacia otro lado, los que seguimos adelante cuando las cosas salen mal…
Nunca será tarde para buscar un mundo mejor y más nuevo, si en el empeño ponemos el coraje y la esperanza que demostramos cuando salimos a la calle, con la ilusión de hacer que todo sea mejor… a pesar de los gritos, las amenazas, los insultos, las denuncias y todos aquellos momentos en los que tenemos que demostrar la entereza y plenitud que se demanda de nuestras actuaciones… esa que tus compañeros demostraron al verte sufrir en el suelo, lleno de dolor, de resignación y de miedo al ver como tú, siendo parte de nosotros mismos, sufrías por seguir adelante mientras la larga espera te apagaba y te hundía en la desesperación por sobrevivir, con la entereza que siempre demuestras.
Parte de nosotros nos falta cuando un compañero sufre este dolor por comprometerse con la sociedad y pone todo su empeño en la consecución del fin de la justicia, la igualdad o en la defensa de la libertad sobre los que la oprimen o ensucian.
Ahora te pedimos que cambies el valor que demostraste en el instante de ser golpeado y pongas todo tu empeño en el viaje de regreso a la cordura, la fe y la seguridad.
Suerte es lo que sucede cuando la preparación y la oportunidad se encuentran y fusionan. Busquemos esa suerte que tanto necesitas y tanto nos gustaría poder darte, porque los hombres buenos también se equivocan por ser demasiado buenos, porque de esto aprenderemos todos y siempre lo tendremos presente. Los deseos de nuestra vida forman una cadena, cuyos eslabones son nuestras esperanzas de que pronto estés con nosotros. Esperamos una pronta mejoría, compañero.