¿Cómo puede resucitar Villa Pepita en año y medio si hace tantos años que se perdió medio cuerpo? Eso será un milagro, como los que hacía Jesús. Pero de todas formas, que sea como sea, pero que nos la devuelvan, que veamos esa preciosa casa señorial en nuestra calle Botica, con sus árboles y sus palmeras limpias de tanto polvo y suciedad, que podamos respirar a gusto cuando pasemos por su lado, que la podamos visitar para que no esté triste y abandonada ¿No creen que es una gran alegría?
Dicen en nuestro querido periódico La Semana que una vez restaurada se convertirá en la sede de la Peña Bética y la Peña Taurina. Como dice el refrán: "a tu tierra grulla aunque sea con una pata". Es estupendo que la Bética vuelva a donde nunca debió salir y no hubiese sido ese edificio emblemático como lo llaman, estaría todo cuidado como Dios manda para disfrute de todos y ahora esos millones se podían utilizar para otra cosa. ¡Ven como no tenemos arreglo!
Y en Somalia 90.000 niños van a los campos de refugiados para terminar de morirse de hambre. Y ¿qué hacemos?, gastar los dineros alegremente.
No sé quién tiene la culpa de todo ésto, pero me pongo muy triste, lo siento. Y también oigo cuando me preguntan si quedará algún trocito de Villa Pepita para poner una residencia de día para los mayores. Creo que sería bonito volver a donde jugábamos de pequeñas, ¿no les parece?, pero claro, quien manda, manda, y cartucho al cañón, como decía alguien.
Bueno, sea para lo que sea como ya he dicho pero que pongan guapa a Villa Pepita, que este señor Juan José Ramírez García sea un buen esteticista, para que ponga hermosa y bien maquillada a nuestra moza, y cuando termine de restaurarla todos le daremos un "olé".
Hay personas más jóvenes que piensan que Villa Pepita también sería un sitio ideal para guardería para los más pequeños y así no tendrían que llegar hasta el Parque de la Alquería, pero claro, no sé si dará la pobre mía para acoger a tanta gente. Lo primero es lo primero: que se termine pronto y después Dios dirá.