¿Hasta cuándo las colas? Pienso, porque no puedo evitarlo, que cuando una persona, adulta o infantil, que tiene que pasar horas de pié haciendo una cola en la calle, por enésima vez, para intentar conseguir una entrada para una función de teatro infantil debe sentir mínimamente cierto ligero recelo hacia quienes recaiga dicha responsabilidad. Y me pregunto: ¿De verdad hay quien piense que es una manifestación espontánea de aplauso a la gestión de dichos responsables? |