EL GURÚ DEL BUEN ROLLO
Dicen por ahí que si no tienes nada bueno que decir, es mejor no decir nada. Pero claro, cuando uno tiene que rellenar cinco columnas a media página, algo hay que contar, ¿no? Pues vamos allá, y a ver cómo sale la cosa. el humorista canadiense Mike Myers llava ya bastantes años creando personajes, desde que comenzó a trabajar en el mítico Saturday Night Live, del que han salido multitud de cómicos (desde Dan Aykroyd a Will Ferrell, Molly Shannon, Ben Stiller, y un largo etcétera). Uno de los mejores fue llevado al cine a principios de los noventa en la muy divertida Wayne's World (su secuela tuvo ya menos gracia). Posteriormente creó para el cine el personaje de Austin Powers, que en las tres películas de la saga tuvo grandes momentos. Ahora regresa con El gurú del buen rollo, que se estrena en España un poco tarde, quizás precedida por la polémica creada en Estados Unidos, donde varias organizaciones religiosas han puesto el grito en el cielo por el tratamiento que Myers ha dado a varios elementos básicos de la religión y la cultura hindú (el mito del tercer ojo, por ejemplo, del que Myers se mofa descaradamente). Lo cierto es que en lo nuevo de Myers los buenos gags se pueden contar con los dedos de una mano (y sobrarían varios dedos…).
Estados Unidos-Canadá-Alemania, 2008. (87')
Título original: The love guru. Director: Marco Schnabel.
Producción: Michael de Luca, Donald J. Lee Jr, Mike Myers.
Guión: Mike Myers, Graham Gordy.
Fotografía: Peter Deming.
Música: George S. Clinton.
Montaje: Lee Haxall, Gregory Perler, Billy Weber.
Intérpretes: Mike Myers (Guru Pitka), Jessica Alba (Jane Bullard), Justin Timberlake (Jacques 'La Cosa' Grande), Romany Malco (Darren Roanoke), Meagan Good (Prudence Roanoke), Verne Troyer (Entrenador Punch Cherkov), Ben Kingsley (Guru Tocamelaminga), Telma Hopkins (Lilian Roanoke), Manu Narayan (Rajneesh).
Pitka es un ser espiritual que ofrece paz y armonía, aunque sueñe con destronar al gurú número uno (Deepak Chopra) como el mejor gurú de su tiempo, ocupando su puesto en el programa de Oprah. Jane Bullard, propietaria del equipo de hockey sobre hielo de Toronto le contrata para que ayude a su jugador estrella, Darren Roanoke, a recuperar su olfato goleador, perdido después de que su mujer le abandonara por Jacques 'La cosa' Grande, a la sazón el portero del equipo rival, contra el que tiene que enfrentarse en la final de la Stanley Cup. Pitka acudirá a la llamada y pondrá en marcha su peculiar estilo para conseguir lo encomendado, a la vez que empezará a sentirse atraído por Bullard.
A lo largo del metraje (afortunadamente escaso) hay un par de buenos números musicales, y un par de gags con cierta gracia (siendo generosos), sobre todo, los enfrentamientos animados entre los escudos de los dos equipos que finalizan cada partido. En cuanto a lo demás, poco se puede decir. Myers se excede en el número de muecas y ruiditos, repite chistes, algunos (bastantes) de carácter escatológico, y hace que uno termine hasta el gorro de esa sonrisa tonta que tiene todo el metraje (dan ganas de abofetearle cuando hace de Pitka niño). Poco importa que se lleve a la chica más guapa (si fuese verdad que ellas buscan un hombre que las haga reír habría más hombres apuntados a arte dramático que al gimnasio), el problema es que la película es aburrida, cansina y que provoca más lástima que gracia, se la mire por donde se la mire.
Definitivamente, Myers ha perdido su 'mojo'.