1861. El cura y el sacristán, enfrentados por el orden de los pasos en la procesión del 25 de julio

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 Interesante fotografía del siglo XIX de la Plaza del Arenal, cerca de la cual pasaría esta polémica procesiónJuan Vázquez, al que el párroco califica de “inútil y desobediente”, ordenó poner a Santa Ana por delante de la Virgen

Es hoy comentario inevitable del pueblo nazareno la escena vivida ayer en la salida de la procesión de Santa Ana. El cura párroco, Francisco Alvarez García, ha enviado incluso una carta de queja al arzobispo de Sevilla, pidiéndole ponga remedio a la situación que se vive en Santa María Magdalena, y de la que es solo un ejemplo lo ocurrido en la tarde de ayer .

Según testigos, el cura dispuso que, en la procesión, el paso de la Virgen fuera delante del de Santa Ana. En el momento de la salida, el sacristán menor, Juan Vázquez (que cuida a la Patrona en la capilla junto a la iglesia), ordenó separarse a los hombres que llevaban el paso y paralizó la procesión. Con grandes voces y dentro de la parroquia, dijo que “Santa Ana era la madre” y por tanto debía presidir la procesión. El párroco, para evitar escándalos (pues el pueblo esperaba), accedió y fue el paso de Santa Ana el que precedió al de la Virgen.

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“DESOBEDIENTE E INÚTIL”
El párroco Alvarez García narra estos hechos en su misiva y aprovecha para exponerle al arzobispo su opinión sobre el sacristán y su esposa. De él dice que es “desobediente e inútil”, que ni ayudar la misa sabe y que está “acostumbrado a burlarse de todos los curas”. Lo acusa de no llevar la indumentaria correcta (zapatos bajos y medias negras) y de robar cera y ropa a la iglesia, así como de recoger las puntas de los cigarros para colocarlos en la mesa de los cálices y vasos sagrados.

TAMBIÉN LA SACRISTANA
Con respecto a la sacristana, el cura también ha tenido graves acusaciones: “… Esta mujer es muy inconveniente en la iglesia, su casa está dentro, siendo el centro de una porción de alborotadores, y la iglesia el paso de ellos a todas horas, y la puerta de la parroquia su tertulia de noche, que teme uno acercarse”.

Francisco Alvarez también acusa al sacristán de ponerle a los feligreses en su contra, ya que dice de él que no quiere darle culto a Santa Ana.

El cura de Dos Hermanas ha quedado a la espera de la contestación del Arzobispado. Al final de su carta, dirigida a Victoriano Guisasola, secretario de Cámara del Arzobispo de Sevilla, el párroco ha pedido así su intercesión en este conflicto: “Ellos son la causa de todos los disgustos que tengo, sin respeto ni obediencia. Yo no puedo permitir en esta iglesia de mi cargo estos desórdenes, por lo que suplico a Vuestra Señoría que si lo cree justo ponga pronto remedio si ha de haber paz y concordia y conservando el decoro del templo, como no es la primera vez que habla y nada he conseguido, están muy sobre sí.”

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