En esta vida, nos vamos encontrando con diversidad de gente por el camino.
Unas nos las ponemos nosotros solos porque las buscamos, otras, son aves pasajeras que sólo conoceremos porque nuestra retina las grabó en su día, pero que no nos aportaron nada, porque solo las vimos pasar.
A veces, intentamos que pasen desapercibidas, que no se cuelen en lo más hondo de nuestro ser, pero algo superior hace que calen tanto, que cuando nos hemos dado cuenta, son parte de nosotros, un pedacito de nuestro ser, que si nos desprendiéramos de el, sentiríamos como nos desvanecemos tan lenta y dolorosamente, que moriríamos sin apenas percibirlo.
Los humanos somos reacios a decir cara a los demás que necesitamos de otros para sobrevivir, que no podemos incluso en algunos momentos solucionar ciertas desavenencias que se nos van presentando y que para seguir adelante nos hace falta tirar de ellos.
No quisiera mencionar a nadie en estas letras, porque bien pueden sentirse mal al ver sus nombres, porque se pueden poner tristes recordando momentos inmemorables, o simplemente porque no sea de su agrado que esto sea hoy publicado para que todos puedan disfrutar de unas humildes palabras de agradecimiento.
Durante un tiempo, mucho para unos y muy breve para otros, he podido disfrutar de la presencia de seres similares a las luciérnagas y digo bien, porque estas pese a parecer pequeñas brillan tanto, que molestan a los que quieren devorarla para que su luz no permanezca ahí intacta.
Así son estas personas, luciérnagas que no dejaran de brillar pese a la lejanía, la distancia, a los depredadores que se le interpongan, etc.
Del mundo en el que hablo, “mi mundo”, no hay distinción de razas, clases sociales, diferentes status, ni nada por el estilo. Todos somos iguales, todos vamos a una, no hacemos que el otro se sienta mal, al contrario, intentamos que este lo mejor posible, que nadie sufra, ni haga mas esfuerzo.
Oímos sus problemas y ponemos el corazón y todo nuestro ser, para intentar aliviarlo en la medida de nuestras posibilidades.
Es por eso, que cuando la separación llega, por diferentes motivos, sentimos que el corazón se hace pedazos y que no tenemos forma alguna de repararlo, a no ser que se haga presente la constancia, la perseverancia y todas esas cosillas que hacen que algo perdure por siempre.
Hoy, hago llegar estas letras de agradecimiento, admiración, amistad, sinceridad,etc; para demostraros con mi menor intención de engrandecerme, porque para ello ya están mis compañeros, los compañeros de la vida, que me hacen sentirme la persona mas grande de este mundo; solo quiero hacéroslas llegar para daros las gracias por ese no tan breve hueco que me habéis hecho en vuestros corazones, en vuestras vidas y en vuestro ser. Gracias.