Aún cuando no tornaba mi figura / aún cuando mi voz yacía escondida / en tu templo, morada de ternura / bebí del dulce licor de tu vida // apresuroso a tus manos vencidas / dulce tu responder sin atadura / quédate junto a mí, madre querida /
para ser de mis heridas la cura // chorro de sabiduría que tu boca / emana y en mi memoria velan / para mis hijos… el dia de mañana // la casa vacía triteza invoca / no riegas los rosales que te anhelan / ni espera mi regreso en la ventana.