Hoy por fin me he decidido a dar de baja de nuestra Peña Juan Talega a mi amigo, que en paz descanse, el ‘Chico Padillita’, porque yo así lo llamaba.
Qué casualidad que fui yo también quien le dio de alta. Terminando esta desagradable gestión, me puse a recordar algunos de mis recuerdos vividos con él, pues tuve muchos y muy buenos, otros no tanto, porque en más de una ocasión tuvimos hasta que emigrar a Barcelona. Lo que quiero dar a entender es que hemos vividos siempre muy cerca y nunca jamás tuvimos ningún mal rollo. Estoy seguro que todo aquel que lo haya conocido le habrá pasado lo mismo.
Difícilmente podremos olvidarlo porque los sesenta y siete años vividos han sido ejemplares para todos nosotros. Ojalá este Mundo estuviera lleno de Padillitas, seguro que viviríamos bastante mejor. Dios lo tendrá entre sus elegidos por méritos propios.