“Érase una vez un niño que jugaba a ser costalero”

    0
    - Publicidad -

    gregorio silleroEl momento más emotivo llegó con el recuerdo a dos costaleros fallecidos

    Érase una vez un niño que jugaba a ser costalero”. Así comenzó Gregorio Sillero, párroco de La Oliva, su pregón dedicado a los costaleros, organizado por la Tertulia Cofrade 'El Costal'. Con los recuerdos infantiles de la creación de un paso con una caja de cartón, papel de plata, bolitas de papel pinocho, plastilina y muñecos 'clics' abrió el pregonero su disertación, evocando “la carrera oficial entre el salón y la cocina mientras los muñecos, expectantes, no se perdían un movimiento de la cofradía”. Con gran emotividad, Gregorio Sillero fue hilvanando estos recuerdos que conectan también con muchos jóvenes de su edad, que empiezan como chiquillos jugando a ser costaleros.

    pregónEn cuanto al pregón, dijo que era “una mera excusa para adelantar la celebración de la Semana Santa, una preparación para vivirla, en la que se cuenta la Pasión del Señor”. Y además, hizo alusión a la mayoría de edad de este pregón del costalero, que cumple con esta edición 18 años, “y por eso es hora de que entre en la madurez, es hora de proclamar que debajo de un costal hay un cristiano sincero que en su vida cotidiana también sabe llevar a cuestas los sinsabores de la vida, afirmándose en sus creencias”, dijo el sacerdote. “Por eso hay que darle un giro al pregón del costalero ya que la cruz para el cristiano es la forma verdadera de llevar a Dios. Hay que dar la bienvenida a la cruz y saber llevarla con fuerza, con finura y cintura costalera”. En ese salto hacia la madurez, Gregorio Sillero propone “ahondar en la parte más espiritual del costalero”.

    - Publicidad -

    Juventud costalera
    Para el joven sacerdote, la Semana Santa significa “la recuperación de las tradiciones locales de este pueblo hospitalario, en el que la transmisión del sentir costalero va de padres a hijos. Los niños van con sus pasitos pintorescos y sus cruces de mayo, en lo que se ha convertido en la cantera de costaleros de las barriadas”. Esa juventud  es la que “se une en torno a la Cruz en el Día Mundial de los Jóvenes y cargan con ella para dar testimonio. Así animo a todos los costaleros a unirse a esta jornada mundial para que comprueben cómo los sentimientos cristianos son universales”.

    “Hay que cargar la cruz con alegría”, continuó Sillero, “para que no pierda su sentido y se convierta en un símbolo vacío; hay que llevar la cruz en el corazón y participar en la Pasión del Señor porque así participaremos también en la Resurrección”. Además, insistió en la idea de ser humildes debajo del paso, “que los protagonistas sean Cristo y la Señora; el costalero deber acercar el Misterio a los cristianos, pero sin ser protagonista”.

    Los pies de Dios en la tierra
    Después de repasar todas las advocaciones y titulares de las hermandades nazarenas, Gregorio definió los tres pilares en los que debe asentarse la vida de hermandad, “cultos, formación y caridad, que deben desarrollarse todo el año porque no tiene sentido que la vida de hermandad se reduzca a un sólo acto una vez al año”, dijo.

    Tuvo también un recuerdo para dos costaleros que dejaron su vida recientemente debajo de las trabajaderas, en una emocionada exaltación en la que se le quebró la voz y se le humedecieron los ojos. En cuanto a los costaleros, terminó diciendo que son “los pies de Dios en la tierra, en la ciudad de Dos Hermanas; un buen costalero de la vida sigue siempre de frente, andando hacia adelante, sin olvidar lo que le han enseñado sus mayores, que son un tesoro para las nuevas generaciones”.

    - Publicidad -

    DEJA UNA RESPUESTA

    Por favor ingrese su comentario!
    Por favor ingrese su nombre aquí
    Captcha verification failed!
    La puntuación de usuario de captcha falló. ¡por favor contáctenos!