Unas 40.000 personas de toda Andalucía se congregaron en La Lagunilla para escuchar y aclamar al líder Santiago Carrillo
La noche de ayer, día 13 de Mayo, pasará a la historia de Dos Hermanas por haber concentrado el mayor mitin comunista celebrado en España desde la llegada de la Democracia. Sólo un mes después de la legalización del Partido Comunista, su líder, Santiago Carrillo, decidió iniciar aquí su campaña de cara a las elecciones del próximo día 15 de Junio.
A pesar de que en días previos se registraron en Dos Hermanas algunos incidentes, como el reparto de panfletos anticomunistas o el saqueo de la sede de UGT, el mitin se celebró sin tener que lamentar ningún problema de seguridad, gracias a que unos 300 militantes del partido se encargaron de la coordinación del evento.
Largas colas de coches
Aunque el acto estaba previsto para las 21:00 horas, desde las 15:00 horas empezaron a llegar autobuses desde los puntos más diversos de Sevilla, Huelva y Cádiz, y pronto Dos Hermanas se inundó de banderas rojas. Se formaron largas caravanas en las entradas del pueblo, y poco a poco el viejo almacén de La Lagunilla, junto a la vía del tren, se fue llenando de público.
Finalmente, se rozaron las 40.000 personas, es decir, casi las mismas que tiene actualmente la ciudad(50.000). En el escenario, bajo una gran pancarta con el emblema de la hoz y el martillo, se leía este gran cartel de letras blancas sobre fondo rojo: "Donde haya una injusticia, hay una voz que la condena, un esfuerzo común que la combate. Tú también con nosotros".
Al filo de las nueve, fuertemente escoltado, llegó Carrillo, con un traje gris oscuro. En su intervención desveló que no venía a Sevilla desde el día 10 de Agosto de 1932, cuando intervino en la sublevación contra el general Sanjurjo.
El discurso de Carrillo fue interrumpido en numerosas ocasiones por los aplausos. Intervinieron también Amparo Rubiales, Manuel Benítez Rufo, Aurora León y Manuel Delicado.
“No vamos a convertir las iglesias en garages”
El secretario general del PCE hizo un discurso lleno de referencias a los nuevos derechos adquiridos por los ciudadanos con la Democracia. Con tono conciliador, pero enérgico, quiso desmentir el bulo de que los comunistas en el poder entrarán en conflicto con la iglesia: “respetaremos las creencias de los demás”, dijo, “no vamos a convertir, como ha dicho Fraga, los templos en garages”.