La policía investiga la posible relación del caso con las tres últimas desapariciones de otras niñas en el resto de España.
La prensa nacional se ha hecho hoy eco de lo ocurrido el pasado martes, 9 de abril, en la barriada de Entrenaranjos, cuando dos individuos en un Renault 5 amarillo intentaron sin éxito el secuestro de Inmaculada, una niña de seis años que jugaba en la puerta de su casa.
Los gritos, mordiscos y patadas con los que la pequeña se resistió dieron la alarma del vecindario y motivaron la huida precipitada de los presuntos secuestradores. Testigos oculares han manifestado a la policía que los ocupantes del coche llevaban un rato merodeando por el barrio, asomándose por las ventanillas como si buscaran a alguien en concreto. Tenían unos 27 años e iban bien vestidos.
El padre de Inmaculada, Juan Manuel, es trabajador del campo y la construcción, y su madre, Francisca, es ama de casa, por lo que la policía descarta el móvil del rescate. La línea actual de la investigación se orienta a buscar una relación con la última oleada de niñas desaparecidas misteriosamente sin dejar rastro. El pasado 16 de febrero desapareció en Huelva, sin dejar pista alguna, Ana María Jerez, de nueve años; el 2 de abril pasó lo propio con Sonia González, de Plasencia, mientras que la última se produjo seis días más tarde en Burgos con el rapto de Laura Domingo, de seis años.
