Sexo en la ciudad

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    Ya me ha ocurrido varias veces que cuando digo que escribo una columna para un periódico español, me preguntan que si redacto sobre sexo. Entre que los suecos tienen fama de ser liberados sexualmente y el éxito que ha tenido la serie norteamericana “Sexo en la ciudad” no me extraña la pregunta. Esta serie trata acerca de cuatro mujeres cosmopolitas de la élite neoyorquina que son mejores amigas. Carrie Bradshaw, amante de fiestas y de la moda, es la voz del programa, ya que cada episodio se desarrolla alrededor del hilo de pensamiento que la lleva a escribir su columna semanal. Antena 3 emitía la serie a las 02:00 de la madrugada entre semana. 

    Respondo que no, que yo escribo sobre algo que empieza con la misma letra, pero que no es sexo, yo relato y cuento sobre Suecia. Sobre las cosas típicas del norte de Europa, sus leyendas y sus mitos. Contesto que además mi columna es bastante impersonal en el sentido de que yo no suelo hablar de quién soy verdaderamente, de lo que siento o hago en el plano profesional o privado. Dejo traslucir algunos aspectos, pero pocos, y suelen ser superficiales, ya que no hablo de cosas importantes que me conciernen a mí.
    Esta actitud acerca de la sexualidad aquí tiene que ver mucho con varios aspectos: 1 – Suecia tiene un modelo de igualdad entre mujer y hombre fuertemente implementado desde hace tiempo. 2 – No se ha sufrido la opresión de una dictadura. 3 – Se rompió con la Iglesia Católica Romana en el siglo XVI y desde entonces ha sido un país muy protestante, incluiso laico. 4 – El cine sueco plasmó en la década de los 60 el sexo de manera muy abierta.
    Ello conlleva a que la sexualidad se lleva tratando en Suecia desde hace más años como un tema natural cuando se compara con el sur de Europa. Esto explica también entre otras cosas por qué en los años 60 las rubias escandinavas llamaban tanto la atención en las costas españolas. Pero los tiempos y las nuevas generaciones van cambiando y todo se va unificando más, con lo que cada vez hay menos diferencia entre norte y sur.
    En fin, casi igual que la protagonista de la serie norteamericana, me despido con la revista de moda Vogue en una mano, pero sin un cigarillo en la otra. Hasta la semana que viene. 

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