El domingo, día 30, a las 12:00 horas, se celebrará la Función Principal de Instituto de la Hermandad del Rocío. A continuación, Francisca Rodríguez Álvarez ofrecerá el Pregón Rociero, actuando como presentador Juan Antonio Poley Gámez. Con este acto cuminarán los cultos de la Hermandad que se celebran a partir de hoy.
Francisca Rodríguez Álvarez es una nazarena que estudió Magisterio y que lleva desde finales de los años 80 dando clases, aunque desde 1994 ejerce como profesora de Religión en el Colegio Vicente Aleixandre. Confiesa que le encantan los niños “porque son el futuro y aprendo cada día de ellos”. Fue la primera vez al Rocío con seis meses, de la mano de su padre, “el rociero de la familia”, y desde ahí le vino la afición. Empezó en el Coro de la Hermanad y ahora es la primera mujer que va a dar el pregón de la Hermandad del Rocío de Dos Hermanas, una responsabilidad que lleva con orgullo.
¿Qué se siente al ser la primera mujer pregonera del Rocío en Dos Hermanas?=
Es, ante todo, un gran honor. Es como ser la portavoz de toda mi familia, desde mi tío a mi padre, que ha vivido desde siempre el Rocío, y me parece un bonito homenaje a todos ellos. Además lo acepté del tirón, sin dudarlo. Nunca imaginé que pudiera ser pregonera, y menos siendo mujer.
¿Están abriéndose las Hermandades a los nuevos tiempos con pregoneros jóvenes y ahora con una mujer dando el pregón del Rocío?
Las Hermandades tienen un papel muy importante dentro de la sociedad. Son una puerta abierta para los cristianos y tienen que progresar y no estancarse. A los jóvenes y a las mujeres hay que integrarlos en las Hermandades, porque sobre todo los más jóvenes son el futuro. De hecho, la Junta de Gobierno del Rocío es una de las más jóvenes de Dos Hermanas.
¿Qué cree que puede aportar la visión femenina a un pregón del Rocío?
No sé si aportaré una visión femenina, pero sí mi visión particular. Sobre todo voy a dar un mensaje y es que el Rocío no son nueve días de juerga y ya está. Hay que ser rociero los 365 días del año. El Rocío es la Virgen, ése es el sentido que verderamente tiene. También hay momentos para divertirse, claro está, pero para conocer el Camino de verdad, hay que vivirlo. Hay que ser rociero todos los días con los que te rodean.
¿Y cómo se vive un día en el Camino?
Dos Hermanas no es un pueblo muy rociero y resulta difícil de explicar lo que se siente haciendo el Camino para alguien que no haya sentido lo que yo. Pero es toda una experiencia ir andando junto a la carreta del Simpecado, estar con los tuyos, compartir lo que tienes con los demás. Para mí es una cuestión de sentimientos. Para mí estar en mi reunión del Rocío es estar como en casa.
Siempre ha hecho el Camino con Dos Hermanas, ¿recuerda algún momento especial en todos estos años?
Por una parte, cuanto canté en la Misa del Domingo en el Rocío, en los 50 años de la Hermandad, delante de la Reina Sofía. Por otra, el primer rezo del Ángelus de un jueves después de varios años sin poder ir al Rocío. En esa ocasión cantaban el Ángelus unos amigos míos y desde entonces es un momento que no voy a olvidar en la vida.
